Confirmaron el procesamiento de Fernando Espinoza por abuso sexual
El intendente de La Matanza fue denunciado por Melody Rakauskas, una mujer a la que el funcionario tenía contratada en negro y con otro nombre en el municipio.
El intendente de La Matanza, Fernando Espinoza, fue procesado por abuso sexual simple y se encuentra a un paso de enfrentar un juicio oral. La denuncia fue presentada por Melody Rakauskas, una mujer a la que Espinoza tenía contratada en negro y con otro nombre en el municipio.
"Es una excelente noticia. Me costó mucho llegar a este punto", declaró Rakauskas en TN tras conocerse la información. Según la denuncia, el abuso ocurrió en el departamento de la víctima. La denuncia inicial fue radicada el 3 de junio de 2021 ante la Oficina de Violencia Doméstica. "Estoy recluida en mi domicilio y en soledad", comentó Rakauskas en diálogo con Federico Wiemeyer y Eleonora Cole. "Todavía me pregunto cómo sigo viva", agregó.
Además del cargo de abuso sexual simple, Espinoza fue procesado por desobediencia debido a su incumplimiento de una orden judicial que le prohibía contactar a la denunciante. En el transcurso de la causa, Espinoza también denunció a Rakauskas por lavado de dinero y espionaje ilegal, utilizando las mismas evidencias presentadas en su contra.
"Me trataron de tantas cosas, y estoy muy satisfecha por lo que está haciendo la Justicia. Estoy muy agradecida", expresó Rakauskas tras conocer la decisión judicial. "Estoy recluida en mi domicilio con muy pocas libertades. No se trata solo de la noche del abuso, hubo agravantes: me atacaron, me persiguieron, me corrieron y me chocaron el auto. No me mataron de casualidad", continuó. La denunciante también mencionó que tuvo que abandonar su hogar, donde ocurrió el abuso, debido a la intimidación por parte de un empleado del municipio.
Hace un mes, en una entrevista con TN Central, Rakauskas relató el inicio de su calvario: "El intendente fue a mi casa después de una entrevista en la municipalidad. Después de cenar, me pidió que abriera un vino y preguntó si sabía hacer masajes, simulando estar contracturado. Cuando le dije que no, intentó acosarme". Rakauskas explicó que quedó en estado de shock y no podía dejar de llorar. "Me moría por pegarle un cachetazo y decirle que se fuera de mi casa, pero no podía porque sabía que sus custodios estaban armados abajo", contó.
"Se me caían las lágrimas cuando tenía su cuerpo encima, y me dijo que siempre me había tenido ganas. Parecía una bestia. Trataba de sacármelo de encima, no podía ni respirar", concluyó la denunciante.