Es radical y a sus 36 años ya cumplió dos mandatos como concejal de San Miguel de Tucumán. Hoy, es legislador provincial y busca construir un "proyecto colectivo" que le devuelva la centralidad a la Unión Cívica Radical (UCR) en la provincia. Tras pasar por numerosos cargos dentro del radicalismo, no duda en afirmarlo. "El paso siguiente es la presidencia del partido", asegura.

De extracción y familia radical, Agustín Romano Norri analizó en un nuevo capítulo de Enterate en Estudio la situación que atraviesa tanto el país como la provincia. Los primeros meses de Javier Milei, las elecciones internas del radicalismo y la dinámica entre la oposición y el oficialismo provincial son algunos de los tópicos a los que el legislador se animó.

El ajuste de Milei y el posicionamiento radical

Al analizar la política de ajuste que el Gobierno nacional está implementando, Romano Norri asegura que este es "el ajuste más severo que hemos tenido en la historia argentina", pero que aun así no ve "una segunda etapa". "No veo una etapa de desarrollo, de producción. Hay que generar financiamiento para que vengan empresas, para que empiecen a invertir. El ajuste era necesario, no sé si es la forma, sí es fundamental los consensos básicos que generemos para que demos herramientas a nuestros empresarios", afirma.

A pesar de este aspecto negativo, el legislador reconoce como positivo el "blanqueamiento" de los problemas que tiene el país. "La política y todos los argentinos reconocimos que vivíamos una ficción", analizó en este sentido. Sin embargo, advirtió sobre el peligro de la "sobreexpectativa" que reina entre los sectores afines al Gobierno y que podría ocasionar "grandes desilusiones".

El gran desafío del radicalismo en este periodo de oposición consiste en cómo pararse frente al nuevo gobierno libertario. "El radicalismo tiene que acompañar las medidas que hoy pide el presidente, siempre y cuando no vaya en contra de la Constitución y en contra de los principios básicos del radicalismo. Nosotros debemos acompañarlo porque ha sido elegido por más del 50% de los argentinos, es un presidente legítimo", es la postura que reivindica desde su rol como militante y político radical.

Además, asegura que se identifica más "con lo que está haciendo (Rodrigo) De Loredo", pero que "todo lo que dice Martín Lousteau tiene razón". "Yo estoy convencido de que si al gobierno le va mal, Lousteau va a ser el gran ganador, porque hoy es el centro y es el opositor, el único que se le para al gobierno y le dice las cosas como son, que le dice cuál es el camino", se animó a especular.

El radicalismo tiene que acompañar las medidas que hoy pide el presidente, siempre y cuando no vaya en contra de la Constitución y en contra de los principios básicos del radicalismo.

A pesar del triunfo libertario, Romano Norri afirmó que hay "dos partidos tradicionales que defienden la institucionalidad: el peronismo y el radicalismo". Cuando tuvo que colocar los partidos en un espectro de izquierda a derecha, no dudó en separar a la UCR del PRO: el primero se encuentra en el centro, el otro, a la derecha. "Dentro del PRO veo a gente que puede estar en el medio, como Horacio Rodríguez Larreta", advirtió.

El radicalismo provincial: desde la oposición hasta el debate interno

Romano Norri es uno de los dirigentes radicales que busca una renovación dentro de su partido. "Creo que hay que tener un debate interno dentro del radicalismo. ¿Por qué se nos van los dirigentes?", se preguntó en la entrevista. "Hay liderazgos importantes, pero que no tienen la vocación de un partido. Hay que trabajar para que los radicales nos dejemos de ver como enemigos. Hay que hacer una autocrítica de por qué no gobernamos Tucumán hace 40 años".

Al ser consultado sobre su intención de liderar esta "renovación" a través de la presidencia de la UCR, Romano Norri afirmó con seguridad: "Es el paso siguiente, lo estamos analizando". "Si vamos a ir a un proyecto colectivo cuenten conmigo, si quieren ir a una elección interna para ver quién tiene una cuotita más de poder no me cuenten a mí. Estoy dispuesto a encabezar algo superador: modernizar el partido, tener un partido que tenga agenda", advirtió.

Desde que asumió, el gobernador Osvaldo Jaldo sumó a su Gobierno referentes claves de distintos espacios políticos, como José Ricardo Ascárate y Federico Masso. Aun así, para el legislador esto no significa una fragmentación de la oposición. "El radicalismo es un partido de oposición. Nosotros estamos ahí. Que haya dirigentes radicales que están en el Gobierno es una decisión netamente personal", aclaró.

En este sentido, caracteriza a Jaldo como un político de "buenos modales". "Muchas cosas que dice después no las hace", criticó, y puso como ejemplo la reforma electoral que prometió en su apertura de las sesiones de la Legislatura provincial. "El sistema electoral tucumano tiene mucho que ver con los problemas de Tucumán. Si eliminamos los acoples, el Estado puede ser mucho más chico y eficiente, y no como termina hoy siendo: una estructura política gigantesca de cara a sacar una banca en el Concejo Deliberante, en la Legislatura o en una Intendencia", analizó.

Más allá de la aclaración, Romano Norri insistió con los cambios que son necesarios dentro del radicalismo. "Acá no hay superhombres ni supermujeres. Esos proyectos mesiánicos que quisimos hacer del radicalismo han fracasado porque no hemos gobernado la provincia. Tenemos que cambiar el chip y hacer un proyecto colectivo", concluyó.