El amor que no conoce de límites: cómo honrar a los abuelos en su día
Cada 26 de julio se celebra en Argentina el Día de los Abuelos.
Cada 26 de julio en Argentina, desde las raíces católicas, se conmemora el Día de los Abuelos. Esta efeméride resalta la figura de Santa Ana y Santo Joaquín, padres de la Virgen María que fueron bendecidos a sus 40 años con una hija, luego de burlas y lamentos por no poder dar a luz.
En otros países los abuelos tienen una figura diferente, en el nuestro un abuelo significa el asado de los domingos, los regalos de plata a escondidas, el respaldo y consentimiento a los nietos pero por sobre todo: amor inexplicable.
Entre vivencias, enseñanzas, anécdotas y risas, los abuelos son esa imagen de fuente de amor y protección que parece ser inagotable. Como lo definió la película infantil animada "Coco", con su personaje Mamá Coco: "Morimos físicamente, pero el recuerdo siempre va a estar vivo", así los abuelos dejan la huella eterna en las familias y trasciende su legado de tradiciones y costumbres viviendo por toda la eternidad.
En Argentina, a pesar del cariño y honradez de estas personas, los jubilados atraviesan una dura realidad, desde lo económico hasta la salud, el Gobierno los festeja disfrazadamente.
RESILIENCIA Y JUBILACIONES DE GENERACIÓN EN GENERACIÓN
En los festejos, los tucumanos resaltan los mejores momentos con sus abuelos. Debido a eso y con el objetivo de intentar explicar qué significa un abuelo, Enterate Noticias habló con quienes mejor saben describir esos sentimientos: los nietos.
Una estudiante de Comunicación de la UNT, quién prefirió no dar su nombre, fue consultada por la visión de sus abuelos en su vida, sintetizó las palabras: solidaridad, devoción y resiliencia. "Mis abuelos representan mis raíces, el origen de todo en mi vida. Significan la fe y la devoción, el confiar ciegamente en Dios y en su providencia", expresó y agregó también que son el reflejo de la admiración misma, siendo esa figura ideal que seguir a pesar de las trabas en el camino de la vida.
Con esta mirada, podemos decir que estas personas marcan un camino, muchas veces desde el rol principal desde que nacemos. Julieta Beltrán, estudiante de Cs. Económicas también en la UNT expresó sus sentimientos en la fecha: "Mis abuelos son mi vida prácticamente, lo más sagrado que tengo y un lugar seguro. Lo definiría como un amor muy puro, ese que no tiene maldad".
Sin embargo, los adultos mayores también viven en una realidad paralela a la que es común en la sociedad: negativas en subsidios para medicamentos, jubilaciones por debajo de la línea de pobreza, la tentativa de trabajar hasta los 75 años y un sinfín de medidas que generan incertidumbre, conmoción y desasosiego. "Este Gobierno los olvidó un montón. No brindó mejoras ni ayudas. Trabajaron toda su vida y hacen malabares para llegar a fin de mes. Necesitan que el Gobierno los dignifique y no los haga a un lado", sentenció Julieta.
La estudiante de Comunicación, coincidió con Beltrán y agregó que, si bien los jubilados son la base de nuestra sociedad, la mayoría de las veces necesitan del sustento de los hijos para poder "sobrevivir" en la mayoría de edad.
Ambas concluyen en que las herencias familiares, la salud, la economía, el amor y los recuerdos marcan la vida pero también demuestran que un abuelo es el espejo de los Gobiernos y de las generaciones que no se borran en la historia.