Argentina en el ranking mundial de la felicidad: Un avance significativo
Este informe, realizado por la Universidad de Oxford en conjunto con Gallup, analiza diversos factores como el Producto Bruto Interno (PBI), la esperanza de vida, el bienestar social y la generosidad, entre otros.
En Sudamérica, Argentina ocupa la tercera posición en felicidad, por debajo de Uruguay (28) y Brasil (36), pero por encima de Chile (45) y Colombia (61). Finlandia sigue siendo el país más feliz del mundo, alcanzando su octavo año consecutivo en el primer puesto.
Aunque el informe refleja un panorama más positivo para Argentina, se destacan también ciertos retos, como la necesidad de fomentar una mayor conexión social y la empatía en las comunidades.
La felicidad no es un asunto individual: El poder de compartir
Flavio Calvo, doctor en psicología, explicó en diálogo con TN que la felicidad no es completa cuando se busca únicamente el bienestar personal. "La verdadera felicidad se logra cuando se comparte con otros. Ayudar a los demás y trabajar por su bienestar es también un camino hacia nuestro propio crecimiento", señaló Calvo. Esta perspectiva de la felicidad compartida se refleja en los indicadores de la Universidad de Oxford, que subraya la importancia de los "actos de benevolencia" como donaciones, voluntariados y ayuda a desconocidos.
Argentina se ubicó en el puesto 42 en el ranking global de actos de benevolencia, un dato que resalta tanto la solidaridad como la desconfianza social, pues en la ayuda a desconocidos ocupó el puesto 128, lo que indica una falta de confianza en los demás.
Los jóvenes y su creciente insatisfacción con la vida
Una de las conclusiones más llamativas del informe es la tendencia mundial que muestra a los jóvenes cada vez más infelices, mientras que los adultos mayores afirman haber alcanzado mayores niveles de bienestar. Este fenómeno se observa especialmente en países como Estados Unidos, Japón y Australia, y aunque en América Latina la satisfacción con la vida se mantiene estable, los especialistas alertan que esta tendencia podría extenderse a otras regiones.
La pandemia del COVID-19 es uno de los factores clave que contribuyó a la disminución de la felicidad en las generaciones más jóvenes. Según el informe, un 17% de los jóvenes a nivel global reportan no tener a nadie cercano, lo que refleja la importancia de las conexiones sociales para el bienestar emocional.
Estrategias para aumentar la felicidad en la vida cotidiana
A pesar de las dificultades que atraviesan muchos jóvenes, en Argentina se detectó un avance en la felicidad de los jóvenes entre 18 y 29 años. De acuerdo con un informe de la Universidad Siglo 21, estos jóvenes mostraron una mejora notable en su satisfacción con la vida, mientras que los adultos de 30 a 39 años experimentaron una disminución en sus niveles de felicidad.
Para mejorar el bienestar emocional, la psicóloga especialista en salud mental Cynthia Zaiatz recomendó algunas estrategias prácticas:
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Cultivar relaciones positivas: Rodearse de personas que te apoyen y te hagan sentir bien puede mejorar significativamente el bienestar emocional.
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Practicar la gratitud: Reflexionar diariamente sobre las cosas por las que estamos agradecidos puede cambiar nuestra perspectiva.
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Ejercicio regular: La actividad física libera endorfinas, hormonas que mejoran el estado de ánimo.
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Buscar un propósito: Participar en actividades que brinden un sentido de logro, como un hobby o voluntariado, puede contribuir a la felicidad.
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Dormir bien: El descanso adecuado es esencial para regular las emociones.
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Momento de mindfulness: Practicar respiración consciente o meditación ayuda a estar presente en el momento y reducir el estrés.
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Hacer cosas que disfrutes: Dedicar tiempo a actividades que te hagan sonreír, como leer o escuchar música.
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Ayudar a otros: Los pequeños actos de bondad no solo alegran a los demás, sino que también mejoran nuestro propio bienestar.
Conclusión: La felicidad está en el equilibrio
El informe sobre la felicidad global muestra que, aunque la Argentina ha mejorado su posicionamiento, existen aspectos fundamentales por trabajar, como el fortalecimiento de los lazos sociales y la confianza en los demás. A medida que las generaciones más jóvenes se enfrentan a nuevos desafíos, es vital promover espacios de conexión y apoyo emocional para que todos puedan disfrutar de una vida plena y satisfactoria.