La Navidad, una época tradicionalmente asociada con la alegría y la reunión familiar, puede convertirse en un desafío emocional para quienes atraviesan el dolor de la pérdida de un ser querido. 

El vacío dejado por la ausencia de una persona cercana se intensifica en estas fechas, generando sentimientos de tristeza, nostalgia y, en algunos casos, la tentación de evitar las celebraciones. Para afrontar esta situación, la psicooncóloga Raquel Calero Domínguez ofrece una serie de consejos prácticos para gestionar el duelo durante las festividades y encontrar formas de dar sentido a estos momentos.

Recomendaciones para afrontar el duelo en Navidad

Raquel Calero Domínguez asegura que, si bien el duelo es un proceso único para cada persona, hay estrategias que pueden facilitar el afrontamiento de estas fechas tan especiales. A continuación, comparte algunos consejos clave:

1. Evitar el aislamiento:
   Aunque puede ser tentador apartarse de las festividades, buscar compañía puede resultar reconfortante. Calero sugiere que, si se opta por no participar en las celebraciones tradicionales, se debe considerar rodearse de personas cercanas que ofrezcan apoyo emocional, aunque no se festeje la Navidad de manera convencional.

2. Expresar emociones y deseos:
   Es fundamental poder comunicar abiertamente el estado emocional y las preferencias sobre cómo afrontar la Navidad. Hablar con familiares o amigos cercanos sobre los sentimientos de tristeza o la necesidad de modificar las celebraciones puede ayudar a establecer límites y recibir el apoyo necesario.

3. Realizar reuniones familiares previas:
   Organizar encuentros familiares antes de las festividades, con la participación de todos los miembros, incluidos los niños y adolescentes, es una manera efectiva de validar las emociones de cada uno y tomar decisiones conjuntas sobre cómo enfrentar el período navideño. Esto permite crear un espacio de entendimiento y apoyo mutuo.

4. Naturalizar la emotividad negativa:
   El duelo puede estar acompañado de una fuerte carga emocional negativa. Es importante reconocer y permitir que la tristeza por la ausencia se exprese de manera libre. Según Calero, simbolizar la presencia del ser querido con pequeños gestos, como encender una vela o colocar una fotografía, puede ser una forma de honrar su memoria y mantener su legado vivo durante las festividades.

5. Acompañar a niños y adolescentes en el duelo:
   El proceso de duelo también afecta profundamente a los más jóvenes. La especialista destaca la importancia de acompañar a los niños y adolescentes con información clara, proporcionándoles seguridad emocional y permitiéndoles expresar sus sentimientos. Los niños tienden a tomar a los adultos como referencia en momentos de pérdida, por lo que el apoyo y la estabilidad que estos ofrezcan son esenciales para su bienestar.

6. Buscar apoyo profesional si es necesario:
   Si el dolor se vuelve abrumador, es crucial que las personas que atraviesan el duelo busquen apoyo profesional. Los expertos en salud mental pueden brindar herramientas para gestionar las emociones durante las festividades y ayudar a las personas a encontrar un camino hacia la sanación emocional.

El duelo: un proceso continuo

Raquel Calero Domínguez también subraya que el duelo es un proceso que no tiene un límite temporal claro: "Los duelos duran toda la vida", afirma la especialista. Sin embargo, trabajarlo adecuadamente permite a las personas integrar la pérdida en su vida cotidiana y encontrar sentido y plenitud en su existencia, incluso en momentos difíciles como la Navidad.

El duelo no se trata de olvidar a la persona que se ha ido, sino de aprender a vivir con su ausencia, a continuar con el curso de la vida mientras se lleva consigo su recuerdo. Para aquellos que se sienten sobrepasados, la ayuda de un profesional puede ser fundamental para navegar esta etapa de manera saludable.

El duelo infantojuvenil

Calero Domínguez también abordó el duelo infantojuvenil, que se caracteriza por ser "afectivo, diferido y de larga duración". Según la especialista, la capacidad cognitiva de los niños y adolescentes para comprender la muerte es limitada, lo que puede hacer que su experiencia de duelo sea diferente de la de los adultos. En estos casos, la expresión del duelo es fisiológica y conductual, y se da en un plano más íntimo. Por esta razón, los adultos que acompañan a los niños en el proceso de duelo deben ser referentes de seguridad, ofreciendo información clara y acompañamiento emocional.