La muerte de Lía Crucet, la icónica Reina de la Bailanta, dejó una profunda tristeza en el mundo de la música tropical. Gladys La Bomba Tucumana, una de sus grandes amigas y una de las últimas artistas en visitarla antes de su fallecimiento, expresó su dolor y rindió homenaje a la memoria de la cantante.

Lía Crucet murió este jueves a los 72 años, luego de una larga lucha contra el cáncer broncopulmonar. La triste noticia fue confirmada por su hija, Karina, quien había estado acompañando a su madre durante sus últimas horas en un hospital de Mar del Plata. La noticia conmovió profundamente a la comunidad artística, que recordó a Lía como una de las figuras más representativas de la música tropical de los años 90.

Gladys La Bomba Tucumana habló con emoción sobre la pérdida de su amiga y colega "Estoy muy triste. Es muy doloroso porque se trata de gente a la que queremos mucho, artistas con mayúsculas de una época que jamás volverá", manifestó con la voz quebrada.

La cantante tucumana recordó que fue una de las últimas personas en visitar a Lía, quien se encontraba internada a finales de marzo. En esa oportunidad, Gladys compartió una foto junto a Lía, donde ambas se mostraban sonrientes a pesar del difícil momento que atravesaban. "Lía siempre estuvo y estará en mi corazón porque fue una grande, una distinta y una elegida", expresó emocionada.

A modo de cierre, Gladys agregó: "La amo y siempre la voy a amar, a mi hermosa compañera, que nos deja su voz, sus canciones y toda su belleza. Así la voy a recordar, siempre como una grande de nuestra música popular".

La lucha de Lía Crucet contra el cáncer

Lía Crucet enfrentó problemas de salud durante varios años, pero su situación empeoró en los últimos tiempos debido a un diagnóstico de cáncer broncopulmonar. La noticia de su enfermedad terminal había sido revelada semanas antes por la periodista Karina Iavícoli, quien informó en el programa Intrusos que la cantante ya no recibía tratamiento, sino que su familia esperaba con dolor la llegada de sus últimas horas.

La cantante se encontraba en un proceso de reconciliación con su hija Karina, tras años de conflictos familiares con su expareja y representante, Tony Salatino.