El joven tucumano que tiene 24 años y conoce más de 30 países

Con solo 24 años, el tucumano Gabriel Acuña Farhat ha recorrido más de 30 países, combinando su pasión por los viajes y su carrera de piloto. A través de su agencia de viajes, busca inspirar a otros a vivir experiencias culturales auténticas y a romper barreras para explorar el mundo.

Con 24 años, el joven tucumano, Gabriel Acuña Farhat, ha tenido la oportunidad de conocer más de 30 países acumulando un bagaje cultural y vivencial que pocos pueden igualar a su edad. Desde su primera experiencia internacional, se dio cuenta de que viajar no es solo conocer nuevos lugares, sino también abrir la mente a diferentes formas de vida.

  "Cada país tiene una historia que contar y un sabor que probar", afirma Gabriel. Sus viajes por Europa, Asia y América Latina le permitieron sumergirse en tradiciones locales, disfrutar de comidas exóticas y crear lazos con personas de distintas nacionalidades. Cuenta Gabriel que en cada destino encontró lecciones de vida que le moldearon su perspectiva.

 Viajar me enseñó a ser adaptable y a apreciar lo que tengo. 

 

Foto en el Puente de Brooklyn, Nueva York

Foto en el Puente de Brooklyn, Nueva York

Su pasión por los viajes comenzó de manera inesperada: mientras cursaba los últimos años de secundaria, Gabriel decidió que debía costear su carrera de piloto de avión. Con la experiencia de su cuñado como ejemplo, su primer destino fue Nueva Zelanda, donde recaudó dinero para iniciar su formación como piloto. 

A la hora de decidir, yo le dije a mi mamá que prefería no hacer el viaje de egresados, que mejor me pague los pasajes. Es la forma que yo conocí en ese momento para generar ingresos que me puedan costear mi carrera.

Farhat relata cómo su travesía comenzó con un plan claro: "Yo sabía que el Sudeste Asiático estaba ahí nomás, al alcance de la mano. Mi viaje era a Nueva Zelanda, unos meses, luego al Sudeste Asiático, para volver y retomar la carrera". Sin embargo, su aventura tomó un giro inesperado al cruzarse con otros viajeros y escuchar sus historias. "En lugar de ser una visita corta al Sudeste Asiático, estuve dos meses ahí", recuerda. 

Ese primer viaje a Nueva Zelanda se tradujo en una serie de experiencias que lo llevaron a quedarse en Australia. "Me fue muy bien también, y de ahí sí decidí volver". Durante casi cinco años, su estilo de vida se basó en un equilibrio entre trabajar y viajar. "Siempre volvía cada nueve meses porque el motivo de empezar con los viajes era por mi carrera de piloto de avión", explica. 

Fotos tomadas en Tailandia

Fotos tomadas en Tailandia

Esta estrategia le permitió juntar fondos para seguir su sueño de volar, mientras disfrutaba de la riqueza cultural de cada nuevo destino. "Siempre iba y volvía a pasar los veranos acá", dice, dejando claro que su pasión por la aviación nunca se desvaneció, si no que se fusionó con su amor por el travelling.

Treinta y tres países y un deseo de seguir explorando

Gabriel tuvo la fortuna de recorrer 33 países, pero su lista de destinos no se detiene ahí. Asegura con entusiasmo su deseo de hacer ese número aún mayor. "Quizás ya no con el mismo enfoque. Ya estoy en otro punto de mi carrera y alcancé el objetivo que quería", explica.

 Así su visión del turismo evolucionó. "Ya no voy a ir, trabajar, juntar plata y volver, sino ya más de turismo o un poco más extenso que el turismo convencional", señala. 

El joven se distingue por su interés en conocer la esencia de cada lugar. "No voy solamente al lugar más convencional. A Tailandia, por ejemplo, no me quedo con la primera línea de playa", dice. Su enfoque está en sumergirse en la cultura local, interactuar con la gente y entender cómo vive realmente la comunidad. 

Busco un turismo más alternativo, que va más allá de sacar fotitos del lugar lindo que vi en Instagram y volver.

La agencia de viajes: un sueño que nace de la experiencia

Gabriel cuenta cómo su agencia de viajes se gestó a partir de su propia realidad. "La agencia arranca justamente en el primer viaje que la gente conoció mi realidad. O sea, sabían que era un chico que estaba vendiendo cereal y granola en el colegio para juntar plata y de repente aparecía tirado en una playa en Bali", recuerda. Esta transformación despertó la curiosidad de quienes lo rodeaban, quienes le hacían numerosas preguntas sobre cómo lo hacía y cómo se manejaba con el idioma.

A pesar de no disfrutar estar todo el tiempo con el celular, optó por compartir sus aventuras a través de Instagram, permitiendo que la gente viviera su viaje de manera virtual. "No tengo que estar todo el tiempo contándole a mis amigos, a mi familia, al primo", dice con humor. Al regresar, sintió la necesidad de organizar una charla para romper mitos y ofrecer información valiosa sobre los viajes, especialmente para aquellos que pensaban que solo los hombres podían aventurarse solos.

Volví con la idea de romper todos esos mitos sobre viajar. 

Así, comenzó a dar charlas sin fines de lucro, contagiando su entusiasmo por viajar. Con cada nueva presentación, notó que la gente quedaba motivada, pero pocos se atrevían a dar el siguiente paso. "Falta una vuelta de tuerca", se dijo, y decidió crear una empresa que facilitara cada aspecto del viaje, eliminando las excusas que a menudo frenan a los viajeros.

Si me decís que no tenés pasaporte, te lo gestiono. No tengo visa, te doy la visa. No tengo seguro médico, te doy el seguro médico. Te faltan pasajes, también te los gestiono.

Su objetivo principal es contagiar a la gente con su pasión por la aventura, demostrando que conocer otras culturas y realidades puede transformar vidas. "El aprendizaje, aunque sea salir 15 días, te cambia, te hace conocer otras cosas que son súper valorables", evalúa, reafirmando la importancia de abrirse al mundo.

Foto tomada en Islandia

Foto tomada en Islandia

 De viajero a piloto

Su pasión por la aviación no es casual; desde sus primeros viajes, Gabriel siempre soñó con ser piloto. Con el tiempo, logró obtener su licencia de piloto privado, lo que le permitió explorar el mundo desde una perspectiva completamente nueva. "Cada vuelo es una nueva oportunidad de descubrir", afirma.

Farhat está a punto de recibir su licencia de piloto comercial, lo que ampliará sus horizontes y le permitirá llevar su agencia de viajes a un nuevo nivel. "Quiero combinar mi amor por la aviación con el deseo de ayudar a otros a explorar el mundo", cierra con determinación.  


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