El primer ministro británico, Keir Starmer, reiteró en una reciente sesión de control en la Cámara de los Comunes que la soberanía de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas es una cuestión de gran significado personal para él. Starmer, en respuesta a las inquietudes de los diputados conservadores sobre el reciente acuerdo que concede la soberanía de las islas Chagos a Mauricio, destacó que "las Malvinas son británicas y seguirán siendo británicas". El líder laborista compartió que su tío participó en la Guerra de las Malvinas, enfatizando la conexión personal que siente con el tema.

Reacciones argentinas y el contexto histórico

La canciller argentina, Diana Mondino, consideró que la decisión sobre las islas Chagos podría sentar un precedente favorable para el reclamo argentino sobre Malvinas. Mondino afirmó que este avance representa un "paso en la dirección correcta" para recuperar la soberanía sobre las islas. "Las Malvinas fueron, son y serán siempre argentinas", aseguró en sus redes sociales el 3 de octubre.

La disputa por las islas Chagos, que comenzó en los años 60, ha sido objeto de controversia por el desalojo de sus habitantes por parte del Reino Unido. A pesar de las resoluciones de la ONU que piden su devolución, el gobierno británico ha rechazado estas decisiones, alegando que son solo opiniones consultivas.

El futuro de la relación entre Reino Unido y Argentina

Ante la creciente preocupación por la interpretación del estatus de las Malvinas, las autoridades británicas en el archipiélago afirmaron que las circunstancias legales de las islas Chagos son diferentes a las de las Malvinas. La gobernadora Alison Blake subrayó el compromiso del Reino Unido de defender el derecho a la autodeterminación de los habitantes de Malvinas.

En un contexto más positivo, Mondino mencionó un reciente acuerdo entre Argentina y el Reino Unido que busca mejorar la conectividad entre las islas y el continente, así como avanzar en la conservación de pesquerías. Sin embargo, el acuerdo desató divisiones internas en el gobierno argentino, con la vicepresidenta Victoria Villarruel manifestando su desacuerdo, resaltando las tensiones que persisten en la relación bilateral.