Las criptomonedas han revolucionado el mundo de las inversiones, pero no todas son iguales. El reciente caso de la memecoin $LIBRA, promocionada por el presidente Javier Milei en sus redes sociales, ha puesto en evidencia los riesgos de estos activos especulativos. Tras un tuit del mandatario, el valor de $LIBRA se disparó de fracciones de centavo a casi cinco dólares en cuestión de minutos. Sin embargo, cuando Milei eliminó el mensaje y se desvinculó del proyecto, el token colapsó, dejando a miles de inversores con pérdidas millonarias.

Este episodio no solo ha generado un debate sobre la responsabilidad de las figuras públicas al promover activos financieros, sino que también ha puesto a Milei en el centro de un escándalo político. La oposición ya ha acusado al presidente de estar involucrado en una posible estafa, mientras el Gobierno anunció que la Oficina Anticorrupción investigará el caso.

¿Qué es una memecoin y por qué es tan riesgosa?

Una memecoin es un tipo de criptomoneda creada a partir de memes, tendencias de internet o figuras populares, sin un propósito técnico claro ni un respaldo tangible. El ejemplo más famoso es Dogecoin, inspirado en el meme del perro Shiba Inu, que ganó popularidad gracias al apoyo de Elon Musk.

A diferencia de criptomonedas como Bitcoin o Ethereum, que cuentan con una infraestructura sólida y un sistema descentralizado, las memecoins dependen casi exclusivamente de la especulación y la popularidad en redes sociales. Esto las convierte en activos de altísimo riesgo, propensos a fraudes como el "rugpull", una maniobra en la que los desarrolladores o promotores inflan el precio de un token para luego retirar los fondos y dejar el activo sin valor.

En el caso de $LIBRA, se sospecha que algunas billeteras digitales adquirieron grandes cantidades del token a un costo casi nulo antes de su explosión en el mercado, obteniendo ganancias de entre 70 y 100 millones de dólares en horas, mientras otros inversores perdieron todo.

El rugpull de $LIBRA: ¿estafa o falta de regulación?

El fenómeno del rugpull, aunque popularmente considerado una estafa, opera en un vacío legal debido a la falta de regulaciones claras sobre las criptomonedas. En el caso de $LIBRA, la rápida subida y caída del token ha dejado a muchos preguntándose si se trató de una maniobra premeditada o simplemente de la volatilidad inherente a las memecoins.

Desde el Gobierno, se ha rechazado cualquier acusación de complicidad en el caso. Sin embargo, la Oficina Anticorrupción ya ha iniciado una investigación para determinar si hubo irregularidades. Mientras tanto, el escándalo ha reavivado el debate sobre la necesidad de regular el mercado de criptomonedas en Argentina, especialmente cuando figuras públicas pueden influir en el valor de estos activos con un solo tuit.