Explosiones en Líbano dejan al menos ocho muertos y miles de heridos

Una serie de explosiones sacudió el sur de Líbano y los suburbios de Beirut, dejando al menos ocho personas muertas, entre ellas dos combatientes de Hezbolá, y más de 2.700 heridos. 

Según el Ministerio de Sanidad libanés, los hospitales han recibido una gran cantidad de heridos con diversas lesiones. Hezbolá ha acusado a Israel de estar detrás de estos ataques, asegurando que el país recibirá "su justo castigo".

Las explosiones se produjeron en los dispositivos de comunicación utilizados por la milicia chií, según una fuente de seguridad libanesa citada por Reuters. El grupo describe este incidente como la mayor brecha de seguridad que ha sufrido desde octubre del año pasado. El Ministerio de Sanidad ha hecho un llamado urgente debido al número de personas heridas que llegan a los hospitales, algunas en estado grave.

Israel en la mira de Hezbolá

En un comunicado oficial, Hezbolá responsabilizó a Israel de las explosiones y prometió represalias. "Recibirán su justo castigo", advirtió el grupo. Estas tensiones marcan un nuevo capítulo en el ya frágil equilibrio entre ambos países, donde los conflictos armados y las represalias han sido una constante en las últimas décadas.

Reacción de la comunidad internacional

El embajador de Irán en Líbano resultó herido levemente en una de las explosiones, lo que ha añadido presión a la situación. Varias naciones han condenado la violencia y han hecho un llamado a la calma para evitar una escalada mayor.

Encuesta revela críticas a Hamás en Gaza

Mientras tanto, una encuesta reciente realizada en Gaza revela que el 57% de los gazatíes cree que los ataques de Hamás contra Israel el pasado 7 de octubre fueron un error. Esta es la primera vez que la mayoría de la población de Gaza expresa desacuerdo con las acciones de Hamás desde que ocurrieron los ataques.

Un clima de inestabilidad

El conflicto entre Israel y grupos militantes en la región continúa generando inestabilidad. Los recientes acontecimientos en Líbano reflejan un deterioro en la seguridad regional que podría tener consecuencias de largo alcance, mientras que la población civil paga el precio más alto en medio de esta escalada de violencia.