Este miércoles se desarrolló la tercera jornada del juicio que investiga la muerte de cinco bebés recién nacidos en el Hospital Provincial Materno Neonatal de Córdoba. Adriana Moralez, médica neonatóloga con más de 25 años de trayectoria en la institución, fue una de las acusadas que brindó su declaración ante el jurado popular. Durante su testimonio, Moralez expresó que la situación le causó un "shock emocional" que la llevó a requerir medicación.

Moralez, quien formó parte del hospital desde 1998 y trabajaba en el área de mortalidad materno-infantil, subrayó que, a la luz de las autopsias y las causas de muerte no naturales de los bebés, no podía evitar asociar los fallecimientos con una posible intervención externa. "No tengo dudas de que hubo una mano asesina. Necesito saber quién mató a esos niños", dijo con firmeza ante la Cámara en lo Criminal y Correccional de la 7.ª Nominación.

La principal acusada en la causa es la enfermera Brenda Agüero, quien está detenida desde agosto de 2022 en el penal de Bouwer. Agüero es señalada como el nexo común entre todas las víctimas, ya que estuvo involucrada en cada uno de los casos de fallecimiento de los recién nacidos. Durante su intervención, Moralez también apuntó contra Agüero, quien anticipaba las descomposturas de los bebés sin que se presentaran síntomas previos. La médica relató que otros profesionales comentaban su sorpresa por la actitud de la enfermera.

En su declaración, Moralez mencionó que los bebés afectados eran, en su mayoría, recién nacidos a término y bien controlados. A lo largo del juicio, se fueron descartando hipótesis médicas como efectos adversos de la vacunación contra el COVID-19 o la administración de vitamina K, lo que llevó a cuestionar las causas reales de los fallecimientos.

"Yo no sé si fue o no Brenda, pero no puedo dejar de pensar en esa bestia que entró al hospital e hizo semejante daño a las familias", afirmó Moralez, refiriéndose a la devastadora situación que provocó la muerte de los bebés y el daño irreparable a las familias y al personal médico comprometido con su labor.

El caso dio un giro importante cuando, gracias a los informes de dos autopsias y un análisis de perfil criminal, se pudo vincular a Agüero con los homicidios de los recién nacidos. Según los informes, los crímenes presentaban patrones comunes: todos los bebés nacieron a término, fueron atacados en las primeras horas de vida, y las muertes se debieron a efectos de una sustancia tóxica. Los pinchazos en los cuerpos de las víctimas revelaron que los bebés fueron inoculados con una sustancia extraña, lo que refuerza la hipótesis de que Agüero pudo haber cometido los crímenes.

El abogado defensor de Agüero, Gustavo Nievas, rechazó las acusaciones y afirmó que no todos los bebés murieron por la misma causa. "Voy a probar que hubo otras causas detrás de algunas muertes", sostuvo frente al jurado, anticipando un juicio lleno de controversias.