El incendio forestal que afecta al Parque Nacional Nahuel Huapi desde el 25 de diciembre sigue sin control, habiendo consumido ya más de 1700 hectáreas de bosque nativo. A pesar de una breve llovizna que cayó este lunes por la mañana, la lluvia no fue suficiente para detener la voracidad de las llamas. Los especialistas advierten que las precipitaciones fueron solo un paliativo y no un factor determinante para controlar el avance del fuego.

Fuego imparable en la Patagonia

El incendio, que se originó en una zona inaccesible del parque, afectó sectores entre el Cerro Alcorta, el Cerro Colorado, y el Cerro Bastión, así como áreas cercanas al Lago Martin, un lugar previamente tocado por el fuego en 2022. A pesar de los esfuerzos de los combatientes, el fuego sigue activo en varias zonas, mientras las condiciones meteorológicas complican aún más la tarea.

A primera hora del lunes, un leve alivio llegó con una lluvia ligera que despertó esperanzas en el equipo de combate. Sin embargo, el regreso del sol y el aumento de la temperatura en las horas siguientes hicieron que las expectativas cayeran. Aunque el pronóstico anticipa más lluvias, el viento y las elevadas temperaturas podrían empeorar la situación.

Trabajo en terreno y apoyo aéreo

Más de un centenar de combatientes están trabajando incansablemente en el terreno para sofocar el incendio. Sin embargo, las condiciones del terreno montañoso y los vientos impredecibles de la región dificultan su labor. Este lunes, las condiciones mejoraron lo suficiente para permitir que los medios aéreos operaran, dirigiéndose hacia el Lago Los Manzanos, una zona intangible que alberga especies arbóreas como cipreses, coihues y lengas, actualmente consumidas por las llamas.

Uno de los recursos más importantes en la lucha contra el fuego, el avión Boeing 737 de la provincia de Santiago del Estero, que tiene la capacidad de descargar 15.000 litros de agua en cada lanzamiento, regresó a su provincia debido a problemas de visibilidad y condiciones climáticas adversas. Aunque el avión tiene un alto potencial para controlar incendios de gran escala, la compleja topografía patagónica, con montañas de más de 2.600 metros y vientos impredecibles, limitó su operatividad. El director de Lucha Contra Incendios Forestales, Ariel Amthauer, explicó que el avión solo pudo operar de manera efectiva el 28 de diciembre y fue obligado a suspender su actividad por la presencia de humo al día siguiente.

Causas y riesgos para poblaciones cercanas

El Comité de Emergencia que coordina las operaciones en el parque ha enfatizado que, aunque el fuego ha consumido una gran extensión de terreno, las llamas se encuentran aún alejadas de las poblaciones cercanas. Sin embargo, dada la intensidad del fuego, organizaron reuniones preventivas con las comunidades de los alrededores por si el fuego cambia de dirección.

Aunque aún no se ha confirmado, los especialistas creen que el incendio pudo haber sido provocado por un rayo, derivado de una tormenta eléctrica ocurrida varios días antes del inicio del fuego. Esta teoría es respaldada por la dificultad de acceso a la zona, que hace improbable que se haya originado por negligencia o causas intencionales.

Desafíos en la lucha contra el fuego

Además del Boeing 737, en la lucha contra el incendio participan aeronaves más pequeñas, como los aviones polacos Dromader, diseñados originalmente para fumigar áreas agrícolas. Sin embargo, estos aviones tienen una capacidad de descarga menor, lo que limita su efectividad en un incendio de tales proporciones. La lucha contra este fuego, que ya consumió miles de hectáreas de la región patagónica, es un desafío constante para los equipos de emergencia, que deben adaptarse a un entorno extremadamente difícil.