A dos meses del fallecimiento de Liam Payne, la jueza Laura Bruniard ha ordenado que varios individuos sean citados a indagatoria en el marco de la investigación por su muerte. Entre ellos, se encuentran el empresario Rogelio Nores, amigo cercano y mánager del cantante, el camarero Braian Paiz y el empleado del hotel Ezequiel Pereyra. Los tres están imputados por abandono de persona seguido de muerte y facilitación de estupefacientes.

La acusación contra Nores, además, se ve reforzada por un mensaje de la psiquiatra de Payne, entregado por el padre del cantante a la justicia argentina. En el correo, la profesional advertía sobre los riesgos fatales de combinar alcohol con el antidepresivo del músico, lo que sugiere que los implicados eran conscientes de su delicado estado de salud.

Las Horas Previas a la Muerte de Liam Payne

El 16 de octubre, Liam Payne se encontraba en un hotel de Buenos Aires, donde pasó la mañana en un estado de salud comprometido, según los documentos de la corte obtenidos por TMZ. Durante las primeras horas del día, el exintegrante de One Direction se mostró agobiado por su deseo de obtener drogas. En un mensaje a un amigo, pidió que le consiguieran "6 gramos" y posteriormente mantuvo un altercado con dos trabajadoras sexuales que llegaron al hotel.

Para la tarde, varios miembros del personal del hotel confirmaron que el cantante estaba "visiblemente borracho" y con las pupilas dilatadas. Las circunstancias en las que Payne murió se describen como una caída inesperada, sin que él pudiera reaccionar ni protegerse debido al estado en que se encontraba.

El Conflicto de Competencia y la Investigación

La investigación por la muerte de Payne ha atravesado varios obstáculos legales, entre ellos, una disputa por la competencia del caso. La jueza Bruniard se declaró incompetente, lo que provocó que el fiscal Andrés Esteban Madrea asumiera el caso, respaldado por la decisión de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional.

Aunque el fiscal ha realizado una investigación detallada, aún quedan medidas de prueba pendientes. La principal línea de investigación apunta a la posible responsabilidad de un empleado del hotel, quien fue el primero en llamar al 911 tras descubrir el estado crítico de Payne.