El comunicado emitido por ISIS a través de la aplicación de Telegram detalla que sus combatientes llevaron a cabo el ataque en la capital rusa, Moscú, apuntando a una gran concentración de personas en la sala de conciertos.

En respuesta, la inteligencia militar ucraniana (GUR) planteó una teoría contraria, calificando el incidente como una "operación planeada por los servicios especiales del Kremlin". Según el portavoz del GUR, Andrí Yusov, este ataque sería una acción perpetrada por los servicios secretos rusos contra sus propios ciudadanos, con la intención de desacreditar a Ucrania y a la comunidad internacional.

El GUR también sugiere que este evento podría ser utilizado como un "pretexto" para justificar una mayor agresión militar rusa contra Ucrania, así como para respaldar una movilización militar interna en Rusia.

Aunque las autoridades ucranianas negaron cualquier implicación en el ataque, el asesor de la Oficina de la Presidencia ucraniana, Mijailo Podoliak, reiteró la posición de Ucrania, afirmando que el país no tiene relación alguna con el tiroteo o las explosiones en la Sala de Conciertos Crocus City Hall en Moscú.