José Vallcaneras: "Tengo tatuada la última vez que consumí"
El destacado ex futbolista y actual DT, habla abiertamente sobre su lucha contra la adicción, cómo afectó su carrera y vida personal, y cómo encontró la fuerza para recuperarse y convertirse en un apoyo para otros.
En la última edición de Enterate Relatos, tuvimos la oportunidad de conversar con una figura destacada en el mundo del fútbol: José Vallcaneras. Con 43 años de edad, José no solo es conocido por su pasado como jugador, sino también por su actual rol como entrenador en las divisiones formativas del Club Atlético Tucumán, donde trabaja junto a su cuerpo técnico, compuesto por Fernando Fontana y Andrés Quintana.
José proviene de una familia con profunda conexión con el fútbol. Su padre, Omar Vallcaneras, actualmente dirige el departamento de captación del club, acumulando más de 30 años de experiencia y numerosos títulos en su carrera.
Según José, su padre ha jugado un papel fundamental en la formación de jóvenes talentos, con un ojo agudo para identificar el potencial en los jugadores y la paciencia necesaria para guiarlos en su desarrollo.
En cuanto a la carrera de José como jugador, comenzó en las divisiones inferiores de Atlético. Sin embargo, enfrentó desafíos y frustraciones, especialmente cuando no logró cumplir con sus expectativas de llegar al primer equipo. Esto lo llevó a buscar oportunidades fuera de la provincia, llegando a Mar del Plata a los 18 años para unirse al equipo de Aldosivi.
En Mar del Plata, José vivió la vida de un jugador profesional joven, entrenando con el primer equipo y compitiendo en la liga local. A pesar de los altibajos y las dificultades, como el descenso de categoría del equipo, José valoró esta experiencia como una oportunidad para crecer y fortalecerse como jugador y persona. En esa etapa de su vida conoció el infierno.
En resumen, la historia de José Balcanera es un testimonio del camino lleno de desafíos y aprendizajes que enfrentan los jóvenes jugadores en su búsqueda de éxito en el fútbol profesional.
Su dedicación y pasión por el deporte lo han llevado a convertirse en un referente y mentor para las nuevas generaciones en el Club Atlético Tucumán.
Mi familia sufría al verme en ese estado, pero nunca me abandonaron. Mis padres hicieron todo lo posible para ayudarme, pero mi adicción me mantenía atrapado en un ciclo destructivo.
"Durante los años 99, 2000 y parte de 2001, estuve en Mar del Plata jugando al fútbol. Estaba solo allí, y me hice amigos con otros jugadores que también eran de fuera. En ese tiempo, comencé a tomar malas decisiones, saliendo y consumiendo alcohol los fines de semana, lo cual no era beneficioso para mi carrera", describe Vallcaneras al momento en que todo comenzó.
"Esta vida nocturna empezó a debilitar mi potencial como jugador. Tenía mucho tiempo libre y me sentía inútil emocionalmente, lo que me llevó a buscar pertenecer a grupos donde las decisiones que tomaba no eran las mejores. Me encontré con personas que tenían malos hábitos, y empecé a adoptarlos yo también", continúa relatando el exjugador.
"Inicialmente, consumí marihuana de manera social, pero con el tiempo, esto se convirtió en un hábito diario. Mi consumo de sustancias aumentó cuando me trasladé a Santiago para jugar en el Federal B. Empecé a abusar de diferentes sustancias, lo que afectó mi rendimiento en el fútbol y mi vida personal".
Mi adicción comenzó a afectar a mi familia y amigos. Mentía, desaparecía por días y llegué a un punto donde me sentía perdido y vacío. Mi adicción se intensificó, y empecé a consumir drogas más fuertes como cocaína y pasta base.
Finalmente, "toqué fondo y decidí que necesitaba ayuda. Me interné en un centro de rehabilitación en Buenos Aires, donde pasé por un proceso de recuperación intensivo", relata José Vallcaneras. Fue un momento difícil, pero necesario para enfrentar sus demonios internos y empezar a sanar.
Hoy, estoy recuperado y trabajando en clínicas de adicciones para ayudar a otros a superar sus luchas con la adicción. Mi familia ha sido fundamental en mi proceso de recuperación, y ahora valoro cada momento que paso con ellos.