En una decisión inesperada y tras un intenso debate, el Consejo Directivo de la Confederación General del Trabajo (CGT) decidió no participar en la primera reunión del diálogo social, propuesta para la próxima semana por el secretario de Trabajo, Julio Cordero. Esta reunión incluiría la participación de los empresarios del Grupo de los Seis (G6). La postura adoptada por la CGT marca un revés significativo para el sector dialoguista y un triunfo político para el ala dura del sindicalismo, representada por figuras como Pablo Moyano (Camioneros) y el sector kirchnerista.

El encuentro del Consejo Directivo tuvo lugar en la sede de la CGT en Azopardo 802 y se caracterizó por una fuerte catarsis de los dirigentes, quienes expresaron su descontento con los efectos del ajuste y la recesión en diversas actividades económicas. Además, se aprobó la propuesta de Pablo Moyano de que la CGT acompañe el 7 de agosto la marcha de los movimientos sociales a San Cayetano.

Durante la reunión, los sindicalistas coincidieron en que el plan de Milei "es construir la Argentina del pre-peronismo, manejado por los grandes grupos económicos y la entrega del país". También se escucharon quejas contra la dirigencia del Partido Justicialista (PJ). "Estamos solos, nuestros políticos no están", afirmó un dirigente cegetista, mientras que José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), considerado un moderado, protestó: "Los políticos nos abandonaron y los gobernadores defendieron intereses sectoriales". Héctor Daer (Sanidad), cotitular de la CGT, aseguró que no está en juego la "unidad de la CGT", a lo que Pablo Moyano respondió apoyando "todo lo que hizo hasta ahora" la conducción de la central obrera, aunque tomó distancia de ciertas decisiones. Daer aprovechó para pedir unidad al resto del Consejo Directivo.

Gerardo Martínez (UOCRA), uno de los principales defensores del diálogo, no participó del encuentro ya que se encuentra en el foro ministerial del G20 en Fortaleza, Brasil. Antes de la reunión, Pablo Moyano declaró en Radio 10: "Estoy convencido de que hay que confrontar contra este Gobierno y contra este modelo económico que está destruyendo a las pymes y al poder adquisitivo de los trabajadores. Ahora quieren que 1 millón y medio de trabajadores vuelvan a pagar Ganancias. El único camino que queda es la confrontación".

Moyano añadió: "Seguramente con gran parte de la CGT vamos a convocar a marchar el 7 de agosto por Paz, Pan y Trabajo. Lo están organizando los compañeros de los movimientos sociales y hay que seguir estando en la calle defendiendo lo que se logró y lo que el Gobierno nos quiere quitar a través de la Ley Bases, la reforma laboral y el Pacto de Mayo".