"La espiaba a Karina", "lo grababa a Milei": las razones detrás del despido de Posse
El Presidente hizo trascender sorprendentes explicaciones sobre el reemplazo de Nicolás Posse en la Jefatura de Gabinete, mostrando una notable distancia con su sucesor.
Cuando Javier Milei quiere comunicar una versión sin asumirla directamente, se la transmite a sus periodistas de confianza. Tras el despido de Nicolás Posse, estos periodistas comenzaron a recibir diversas explicaciones, más oficiosas que oficiales.
Las razones detrás del despido de Nicolás Posse
Espionaje interno: Antelo y Sívori, asociados a Posse, supuestamente manejaban el espionaje sobre miembros del gabinete, incluida Karina Milei. Jorge Antelo, un militar retirado, estaba al frente de la Secretaría de Estrategia Nacional de la AFI, puesto por Silvestre Sívori.
Conspiración con Villarruel: Posse habría colaborado con Victoria Villarruel para colocar micrófonos en las oficinas de Milei. Se dice que Villarruel estaba armando un "gabinete en las sombras" y que Milei la llama "Bicho cruel" en privado.
Incidente con Pettovello: Sandra Pettovello descubrió que estaba siendo espiada por un comentario de Posse sobre un viaje a Punta del Este que solo ella conocía. Este incidente reforzó las sospechas sobre el espionaje.
La versión oficial
El Boletín Oficial registró la renuncia de Guillermo Francos al Ministerio del Interior, de Posse a la Jefatura de Gabinete y de Sívori a la AFI. A Francos se le agradecieron los "valiosos servicios prestados", mientras que a Posse y Sívori no se les otorgó este adjetivo, destacando una sutil diferencia en el reconocimiento.
Declaraciones de Guillermo Francos
Guillermo Francos, ahora como nuevo jefe de ministros, explicó que el cambio busca mejorar la coordinación y agilizar la gestión gubernamental, sin dar crédito a las teorías de conspiración. Francos evitó usar el término "echar" y desestimó las acusaciones de espionaje interno, declarando que no se guía por versiones.
Las versiones difundidas desde Olivos, aunque sean ciertas o no, sorprenden por su falta de discreción en el origen y la aparente estabilidad del gobierno a pesar de ellas. Imaginar una situación similar en la administración de Alberto Fernández, como echar a Santiago Cafiero por poner micrófonos, resalta la inusual naturaleza de los eventos actuales.