De la frustración del primer pedido a los 13 años en el rubro
Las palabras mágicas de Mickey Mouse que se convirtieron en el nombre de su emprendimiento, el rol de la familia y sus intenciones a futuro.
Tiene más de 92 mil seguidores en su cuenta de Instagram. Los tonos en rosa, las letras divertidas y la creatividad la identifican. Agustina Resino es la creadora de Miska Muska, el emprendimiento surgió cuando tenía 18 años.
La cocina, los niños y la música son su pasión. Estudió, se recibió y trabajó como maestra jardinera, pero el año pasado dejó todo para dedicarse a Miska Muska. Agustina comenzó comprando los insumos de a poco en la esquina de su casa hasta que pudo vender cada vez más. Supo romper la grieta del pan dulce con frutas versus el pan dulce sin frutas creando el pan dulce relleno de distintos sabores. Alfajores, tortas y tabletas endulzan y alegran un mal día, y ella lo sabe.
DE LA FRUSTRACIÓN DEL PRIMER PEDIDO A SU ANIVERSARIO NÚMERO 13
"Mi primer pedido fue un acto fallido. Me compraron una torta, pero la chica nunca la retiró. Me mandó un mensaje de que no la quería y me bloqueó", relató Agustina sobre su primera experiencia en venta que, además, tenía un precio casi al costo. En ese momento, apareció su papá para comprarle la torta y enseñarle una valiosa lección: a no rendirse. "Me dijo que estas cosas iban a pasar, que levante la cabeza y que siga promocionando la página", recordó.
Aprendió a no bajar los brazos y no rendirse fácilmente. Sabe tomar las experiencias negativas y tenerlas presentes para no repetirlas. Agustina es perseverante, una característica muy importante, que cualquier emprendedor argentino debería tener. "Creo que no nos sirve quejarnos de los precios. Tenemos que ocuparnos, más que quejarnos. Yo he aprendido a ocuparme, a sentarme y dedicarme un día a ver mis precios y mi costo", explicó.
El papel de la familia es la base fundamental de todas las sociedades y en la vida de esta emprendedora no fue la excepción. Su familia tuvo un rol importante en su vida y en su emprendimiento. "Mis papás y mi familia me apoyaron mucho en esto y me enseñaron también a no frustrarme, a no bajar los brazos", dijo. Disfruta y aprende de las charlas con su padre, de empresario a empresaria.
LA FUSIÓN DE SUS AMORES
Agustina supo fusionar sus grandes amores con Miska Muska: la docencia, la cocina y el arte, en un sólo lugar. Sin embargo, el proceso y la elección no fue fácil. Tuvo que dejar atrás siete años como maestra jardinera. "El año pasado tuve que elegir porque Miska Muska tuvo su despegue y me pedía más, necesitaba más de mí y que esté presente. Fue difícil dejar mi trabajo y mi sueldo fijo para arriesgarme y emprender al 100%", confesó.
Ahora, en Miska Muska se dictan cursos de cocina para todas las edades y Agustina puede volcar su amor por la docencia en esa parte. "Los niños, por ejemplo, en el taller practican matemáticas, trabajan la imaginación, la motricidad fina, la motricidad gruesa y un montón de cosas que yo como docente buscaba en mi sala en el jardín", resaltó. Además, disfruta de reencontrarse con alumnos del jardín que asisten a sus clases de cocina.
Si bien 13 años parecen mucho, Miska Muska es joven, recién está creciendo y tiene mucho más por delante. Un local, experimentar en otras ramas y continuar con los cursos taller son los sueños de Agustina con Miska Muska.