"Nuestra situación económica es atroz": conmovedores testimonios de los jubilados frente al Congreso
La oposición en Diputados no logró reunir los dos tercios necesarios para revocar el veto del presidente Javier Milei a la reforma jubilatoria, mientras cientos de jubilados se manifestaban en las calles reclamando por una mejora en sus haberes.
Este miércoles, la Cámara de Diputados fue escenario de un intenso debate sobre el veto presidencial a la reforma jubilatoria. La oposición intentó sin éxito reunir los dos tercios necesarios para contrarrestar la decisión del presidente Javier Milei, quien, con el respaldo suficiente, logró blindar el decreto publicado a principios de septiembre.
Mientras dentro del recinto se discutía, afuera del Congreso, una multitud de jubilados se congregaba para protestar contra la medida. La manifestación reflejó el descontento generalizado entre los adultos mayores, quienes consideran que la actual situación económica les impide llevar una vida digna.
En respuesta, el Ministerio de Seguridad dispuso un operativo antipiquetes para contener la movilización.
Entre los manifestantes, una mujer con un cartel que decía "No al veto" compartió su dolorosa realidad: "Es un triunfo que estemos en la calle. Ya no podemos acceder a los remedios. La situación general es difícil", expresó a TN. "Trabajo en la cultura, y es muy poco el trabajo en ese sector. Vine también la semana pasada, porque es la única manera de hacernos escuchar", agregó con preocupación.
Otra jubilada presente en la manifestación también alzó la voz: "Es una injusticia total lo que ganan los jubilados. Somos muchos los argentinos que pensamos así. La situación económica es atroz, una medialuna cuesta mil pesos". Su testimonio reflejó la frustración generalizada por el desequilibrio entre los ingresos de los jubilados y los crecientes costos de vida.
Carlos, otro de los manifestantes, narró con tristeza su realidad: "Trabajé 30 años en el Correo Argentino, y con una jubilación de $180.000, no me alcanza ni para el colectivo. Vengo a la marcha escapándome de mi familia para no preocuparlos. Tengo cuatro hijos y una nieta, y me duele saber que muchos chicos se van a acostar sin comer". Su relato, como el de tantos otros, puso en evidencia el sufrimiento de quienes dedicaron décadas al trabajo y hoy no logran cubrir sus necesidades básicas.