La hipoxifilia, comúnmente conocida como asfixia erótica, es una práctica sexual en la que se restringe intencionalmente la respiración para aumentar el placer durante el acto sexual. Esta restricción puede realizarse mediante sofocación manual, el uso de cuerdas, correas o incluso bolsas plásticas que limitan el flujo de aire o de sangre al cerebro.

¿Por qué se practica la asfixia erótica?

El fundamento detrás de la hipoxifilia se basa en que la reducción de oxígeno al cerebro genera una intensa sensación de euforia y placer. Al disminuir la oxigenación, el cuerpo libera endorfinas y neurotransmisores que potencian la experiencia sexual, combinando estímulos físicos y psicológicos.

Los peligros ocultos de la hipoxifilia

Aunque es una práctica consensuada entre adultos, la asfixia erótica conlleva riesgos severos que pueden resultar fatales, incluso en entornos de confianza. Algunos de los principales peligros son:

• Pérdida de conocimiento repentina: La persona puede desmayarse en cuestión de segundos, dejando a su pareja sin tiempo para reaccionar.
• Daño cerebral irreversible: La falta de oxígeno puede causar daño cerebral permanente en menos de tres minutos.
• Paro cardíaco: La presión en el cuello puede afectar el flujo sanguíneo, derivando en un paro cardíaco.
• Asfixia accidental y muerte: Un pequeño error de cálculo o un desmayo puede terminar en tragedia.

El caso Julio Moura: la hipoxifilia en el centro de la escena

La reciente investigación sobre la muerte de la pareja de Julio Moura, guitarrista de la banda Virus, puso de relieve los peligros de estas prácticas. La mujer fue hallada en Villa Elisa con signos de ahorcamiento, y los investigadores manejan la hipótesis de que la tragedia se produjo durante una práctica sexual sadomasoquista.

Este caso ha reavivado el debate sobre los riesgos de la asfixia erótica y la importancia de la información para prevenir accidentes fatales.

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