La reciente decisión del Gobierno de simplificar el proceso de importación de acero ha generado una fuerte polémica en el sector siderúrgico. La medida, anunciada por el ministro de Economía Luis Caputo, apunta a reducir el "costo argentino" y mejorar la competitividad mediante la eliminación de trabas burocráticas y la digitalización de procesos. 

Las empresas siderúrgicas manifestaron su preocupación por el riesgo de un ingreso masivo de productos chinos a precios desleales, lo que podría afectar gravemente a la industria nacional.

Las negociaciones entre el Gobierno y las empresas del sector comenzaron hace varios meses, y aunque la medida no las tomó por sorpresa, la preocupación persiste. Desde la Cámara Argentina del Acero y varias compañías del sector se mostraron cautelosas, esperando la publicación oficial de la resolución en el Boletín Oficial para evaluar su verdadero impacto.

Uno de los principales temores expresados por las siderúrgicas es la posibilidad de que el acero chino, conocido por sus precios competitivos y prácticas comerciales cuestionables, inunde el mercado argentino. 

Paolo Rocca, presidente del Grupo Techint, se refirió recientemente a esta amenaza en un congreso en Brasil, donde afirmó que competir con China se volvió "sustancialmente imposible" debido a la asimetría económica y comercial entre los países de la región y el gigante asiático.

La medida anunciada por el Gobierno incluye la simplificación del reglamento técnico del acero, lo que facilitará y abaratará el proceso de importación de este insumo crucial. A partir de ahora, las empresas podrán presentar declaraciones juradas con certificaciones internacionales válidas, evitando los complejos trámites que antes generaban demoras y costos adicionales.

Aunque el Gobierno sostiene que esta medida aumentará la oferta de acero y reducirá los precios en el mercado interno, las empresas siderúrgicas advierten sobre los riesgos. En particular, subrayan la importancia de garantizar que los productos importados cumplan con los estándares de seguridad, una preocupación que se refuerza ante la posibilidad de un aumento en la entrada de acero chino.

Por el momento, el ingreso de productos chinos sigue siendo una advertencia, ya que no se registró un aumento significativo en las importaciones. Sin embargo, en el sector consideran que, a medida que se simplifiquen las condiciones para importar, el mercado podría verse inundado por productos a precios muy bajos, poniendo en riesgo a la industria local.