El caso Liam Payne sigue dando que hablar. La justicia citó a indagatoria al manager del cantante, Rogelio Nores, al camarero Braian Paiz y al empleado del hotel Ezequiel Pereyra. El representante del ex one direction está imputado por abandono de persona, seguido de muerte y facilitación de estupefacientes.

Además, se pudo reconstruir como fueron las últimas horas del cantante. Esto se dio gracias a algunas declaraciones recavadas de algunos trabajadores del alojamiento. Uno de los testimonios es el de Esteban Reynaldo Grassi, jefe de recepción del hotel, imputado en las últimas horas por la jueza Laura Bruniard. Este último llego a aportar los chats que probarían que el cantante contrato a dos mujeres para supuestos servicios sexuales. 

Tengo entendido que él estaba más activo de noche, llamaba a recepción de manera insistente para pedir alcohol todo el tiempo y preguntaba dónde podía conseguir drogas, más específicamente cocaína

Sobre la situación en la permanencia de Payne en el hotel, Grassi dijo que el cantante siempre estuvo solo. "La única vez que ingresó alguien distinto fue el día de su muerte. A Payne lo vi pocas veces salir y entrar del hotel, pero como dije, no se mostraba mucho", dijo según lo que figura en el expediente de la  causa. 

LOS CHATS

Grassi dio a conocer las conversaciones digitales en el ingreso de Liam Payne al hotel. Según lo expuesto, uno de los empleados le llevo al artista un plato de frutas como cortesía de bienvenida. El cantante lo hizo pasar y le pregunto si tenía cocaína. "Benítez le respondió que no y ahí Payne comenzó a insultarlo. El empleado se retiró sin decirle nada, pero automáticamente me avisó a mí lo sucedido".

El recepcionista también declaró cómo fue la llegada de las dos mujeres que el cantante británico habría contratado para supuestos servicios sexuales. "Cuando subieron las chicas, él hizo un pedido de 300 dólares y alcohol", contó. Asimismo, dijo que después de una hora, las jóvenes bajaron junto a Payne y se quedaron a charlar en el lobby, mientras que los empleados alertaron que el artista había roto el televisor de la habitación.

Como él no hablaba español, ni las chicas hablaban inglés, él me pidió que les hiciera de traductor. Ahí ellas me dicen que él les tenía que pagar, pero no me especificaron los motivos. Me dijeron que él les debía 5000 dólares, pero a mí me pareció sospechoso porque él me había pedido anteriormente 300 dólares, y si bien no soy un experto en el tema, me pareció un poco excesivo el valor de lo que pedían