Se duplicó la cantidad de jubilados que se ven obligados a alquilar
El acceso a la vivienda para mayores de 60 años es cada vez más complicado. La falta de créditos y los bajos ingresos los obligan a alquilar, enfrentando inestabilidad y precariedad.
El acceso a una vivienda propia se ha vuelto una misión casi imposible para muchas personas mayores de 60 años en Argentina. Un informe reciente de la Fundación Tejido Urbano revela que más de 359.000 adultos mayores en el país dependen del alquiler para tener un techo. Esta cifra es más del doble que hace 20 años, lo que evidencia una creciente "inquilinización" en este grupo etario, marcada por la falta de oportunidades para acceder a la propiedad.
Factores que agravan el problema
Este fenómeno está vinculado a la ausencia de créditos hipotecarios accesibles para los mayores de 60 años y las secuelas económicas de crisis pasadas, como la de 2001. La precariedad laboral y la caída de los salarios a lo largo de la vida también contribuyeron a que muchos adultos mayores no puedan adquirir una vivienda propia. El investigador Matías Araujo de la Fundación Tejido Urbano señala que "los adultos mayores enfrentan serios problemas para garantizar una vivienda estable y asequible, especialmente en ciudades como Buenos Aires, La Plata y Mendoza".
Costo del alquiler y su impacto en los mayores
Para muchos, el costo del alquiler representa una carga financiera difícil de manejar. Con ingresos mensuales que oscilan entre $135.000 y $276.500, los jubilados tienen poco margen para cubrir otras necesidades básicas. Según el informe de Inquilinos Agrupados, la Canasta Básica Total Inquilina (CBTI) en septiembre de 2024 evidenció incrementos importantes, dejando a los adultos mayores con cada vez menos capacidad para costear alimentos, medicamentos y otros gastos esenciales.
Políticas insuficientes y la necesidad de soluciones
A pesar de algunos subsidios y programas puntuales, las políticas actuales no logran cubrir de manera integral las necesidades habitacionales de los adultos mayores. Ciudades con alta concentración de inquilinos mayores, como Buenos Aires, requieren soluciones habitacionales adaptadas a sus condiciones económicas y físicas.