La República Argentina está a punto de concretar la primera privatización de una empresa estatal en la era de Javier Milei, con la venta de la metalúrgica Impsa a la empresa estadounidense ARC Energy. Según los trascendidos, se espera que en los próximos días se haga oficial la preadjudicación de la compañía, lo que marcará un hito en la política económica del nuevo gobierno argentino. 

El cierre de la operación se llevaría a cabo en febrero de 2025, justo antes de que Milei viaje a Estados Unidos para asistir a la asunción de Donald Trump como presidente, el próximo 20 de enero.

ARC Energy, la empresa que se quedaría con la mayoría del paquete accionario de Impsa, fue la única oferente en la licitación internacional lanzada por el gobierno de Milei en octubre. Esta licitación tenía como objetivo la privatización de la metalúrgica fundada en 1907 por la familia Pescarmona, que había sido estatizada en 2021 por el gobierno de Alberto Fernández. En ese entonces, el Estado argentino adquirió el 63,7% de las acciones, mientras que la provincia de Mendoza quedó con un 21,2%. El resto de las acciones están distribuidas entre un fondo de acreedores (9,78%) y la familia Pescarmona (5%).

En septiembre de 2024, el gobierno de Mendoza habilitó el traspaso de sus acciones, allanando el camino para que el gobierno de Milei avance en la privatización. Después de varios meses de negociaciones, el acuerdo con ARC Energy fue finalmente aceptado, y se espera que en los próximos días se haga el anuncio oficial de la preadjudicación.

ARC Energy, con sede en Luisiana, Estados Unidos, está presidida por Jason Arceneaux, quien, junto a dos de los directores de la empresa, tiene vínculos con Donald Trump como aportantes a su campaña presidencial. El acuerdo estipula que ARC Energy realizará un pago inicial cercano a 7 millones de dólares, lo que representará el 25% del total de su oferta de capitalización, que asciende a 27 millones de dólares. El resto del dinero se desembolsará a lo largo de 2025, durante el proceso de búsqueda de nuevos contratos y operaciones de la empresa.

Uno de los principales focos de atención en la negociación fue la renegociación de contratos vigentes que Impsa mantenía con organismos estatales como el Ministerio de Defensa y YPF, así como su pasivo calculado en 570 millones de dólares. Entre los principales acreedores figuran el Banco Nación, el BID, el BICE y el Grupo Moneda de Chile. Los nuevos propietarios de Impsa buscan alcanzar un acuerdo para reestructurar esas deudas, permitiendo así avanzar con la operación de la compañía.

Impsa, inicialmente conocida como Industrias Metalúrgicas Pescarmona, es una de las empresas más importantes del sector metalúrgico y energético argentino. La compañía tiene participación en proyectos de energía hidroeléctrica, parques eólicos, energía nuclear y equipamiento para la industria petrolera y de gas. Actualmente, Impsa cuenta con un plantel de 660 empleados cuyos salarios suman alrededor de 1.400 millones de pesos mensuales.