María Alexandra Gómez no puede dormir. Desde hace dos meses, vive con la angustia de no saber nada de su esposo, Nahuel Gallo, el gendarme argentino secuestrado por el régimen de Nicolás Maduro en Venezuela. En una entrevista, confesó: "Todas las noches escucho la voz de Nahuel diciéndome que se lo estaban llevando y eso no me deja dormir".

El 8 de diciembre, Nahuel viajó a Venezuela para reencontrarse con su esposa y su hijo de dos años, Víctor, después de siete meses separados. Sin embargo, nunca llegó a su destino. La última comunicación fue una llamada desde el aeropuerto de San Antonio del Táchira, donde le dijo: "Me están llevando a otra entrevista". Desde entonces, silencio absoluto.

Lo más desgarrador para María Alexandra es ver a su pequeño hijo, Víctor, crecer sin su padre. El niño cumplió dos años el 21 de enero, pero Nahuel no pudo estar allí para abrazarlo. "Pasó su cumpleaños sin poder abrazarlo", relata la madre, con la voz quebrada por la tristeza.

La incertidumbre sobre el paradero de Nahuel y los cargos que podrían imputarle agravan la situación. Hasta ahora, ni el Gobierno venezolano ni las autoridades han brindado información oficial sobre su caso.

Mientras la familia de Nahuel Gallo clama por respuestas, el Gobierno argentino asegura que está trabajando activamente para lograr su liberación. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, evitó dar detalles sobre las negociaciones, pero afirmó: "No puedo hablar porque toda injerencia sobre las cosas que estemos haciendo nos puede retrasar el proceso. Sí, puedo asegurar que estamos día por día, hora por hora, trabajando para liberarlo".