Un mozo de la Casa de Gobierno reveló que Alperovich lo hacía trabajar en su casa
En el juicio contra el exgobernador, Manuel Segundo Frías declaró detalles sorprendentes sobre el manejo de los recursos públicos durante la gestión de Alperovich.
En el juicio contra el exgobernador, José Alperovich, la declaración del mozo de Casa de Gobierno, Manuel Segundo Frías, reveló detalles sorprendentes sobre el manejo de los recursos públicos durante la gestión del exgobernador.
Según Frías, de 66 años, a pesar de ser empleado de la Casa de Gobierno, trabajaba en la residencia privada de los Alperovich, donde preparaba el desayuno y la merienda para la familia.
Trabajo en Casa Privada con Recursos Públicos
Frías detalló cómo, siendo mozo oficial del gobierno, era desviado de sus funciones públicas para atender necesidades privadas de la familia Alperovich. Esta práctica pone en evidencia una presunta malversación de recursos públicos para beneficio personal. Actualmente, Frías sigue trabajando en el gobierno, específicamente en el Ministerio de Economía.
Declaraciones Contradictorias y Acusaciones de Falso Testimonio
Durante su testimonio, Frías enfrentó momentos de tensión. Los representantes de la querella, Pablo Rovatti y Carolina Cymerman, solicitaron su detención por supuesto falso testimonio, una decisión que el juez Juan María Ramos Padilla evaluará al final del juicio.
La controversia surgió cuando Cymerman presentó un escrito indicando que Frías había contactado por WhatsApp a la denunciante de Alperovich la semana anterior al juicio, tras años sin comunicación. Frías dio versiones contradictorias sobre este contacto: primero afirmó que llamó por error al buscar otro contacto, y luego dijo que estaba revisando el chat cuando accidentalmente realizó la llamada. La comunicación no fue respondida, pero el incidente fue considerado grave por la querella y la fiscalía debido a la proximidad del testimonio de Frías en el juicio.
Pruebas y Evidencias Adicionales
El fiscal Sandro Abraldes presentó una foto del expediente que mostraba la mano de un hombre sosteniendo una servilleta con anotaciones, preguntando a Frías si la mano era suya, a lo que él negó. Para verificar, el fiscal solicitó tomar fotografías de las manos del testigo para una comparación, lo cual se realizó sin oposición y se adjuntó al expediente.
A pesar de las reticencias y el episodio de la llamada, el juez Ramos Padilla rechazó la solicitud de detención de Frías por el momento. Tanto Abraldes como Rovatti consideraron que la actitud del testigo, junto con el incidente del teléfono, generaba dudas sobre la veracidad de su testimonio.