Vinos de altura y mujeres al mando en Tucumán

En una sociedad acostumbrada a que las mujeres desempeñen papeles secundarios en la actividad laboral, Silvia Gramajo, tucumana apasionada por el mundo del vino, se impone en su rubro.

Silvia es la primera mujer registrada como bodeguera en Tucumán. Además, es sommelier y explica que para poder hacer buenos vinos es un requisito conocerlos. La carrera dura tres años y se realiza solo en algunos puntos del país, por ejemplo, en Salta está el Wine Institute donde Gramajo pudo probar vinos de todo el mundo, lo que para ella fue un privilegio.

La bodeguera es presidenta de la marca Vinos del Tucumán que se creó en conjunto con la Cámara de Bodegas y Viñedos. Silvia comenta que es un trabajo que no se esperaba: "Pasaron muchas cosas a lo largo de la pandemia. Fallecieron referentes muy importantes como, Alberto Guardia, Pelín Carro y Chico Zossi. En estas circunstancias tuvimos que salir adelante".

Propietaria de Bodega Luna de Cuarzo, Silvia Gramajo.

Propietaria de Bodega Luna de Cuarzo, Silvia Gramajo.

La sommelier tucumana muestra su entusiasmo y el orgullo de que sus pares confíen en ella para administrar la entidad. A su vez, el hecho de ser mujer y trabajar en el rubro le genera mucha motivación, debido al avance que las mujeres realizamos en lugares que fueron estricta e históricamente de hombres. Con respecto a esto brinda un dato significativo: existe una bodega llamada La Cofradía que no permite el ingreso de mujeres.

Silvia comenta que actualmente hay varias mujeres productoras y elaboradoras de vinos. En Mendoza, por ejemplo, hay una organización llamada Las mujeres de la Viña, esto significa un gran avance en las instituciones como generadoras de trabajo en el desarrollo social y cultural. "Estamos en contacto con ellas y siempre nos motivamos. Estar al frente de la Cámara es una responsabilidad pero también una alegría compartir con mis pares", explica Silvia.

Un dato no menor es que la vicepresidente es Josefina Carro, lo que implica que la Cámara de Tucumán tiene dos dirigentes mujeres dentro de su institución. "Actualmente, se pueden probar muy buenos vinos producidos por mujeres. Esto no lo pueden tapar, es un camino que no tiene marcha atrás", afirma Silvia.

Producir como una forma de vida

Silvia es propietaria de Bodega y Viñedos Luna de Cuarzo que fue creada en el año 2010, aproximadamente, cuando junto a su esposo, quien falleció el año pasado, buscaban un lugar para vivir; un proyecto de vida. En aquel momento no sabían que iban a adentrarse en la producción vitivinícola. "Nos encantó el Valle Calchaquí, vivir en medio de los cerros, con la naturaleza, es un buen proyecto y, sobre todo, si se acompaña con algo que sea productivo", comenta Silvia.

Con mucha ayuda y sacrificio, ya que se debía hacer un pozo de agua porque la zona es desértica, comenzaron construyendo una pequeña casa. En 2014 produjeron su primer vino, muy entusiasmados, con el que ganaron premios nacionales. La estructura de la bodega es subterránea haciendo referencia a una veneración y agradecimiento a la Pachamama. El vino se hace debajo de la tierra, es una característica que tenían los pueblos originarios, sobre todo, los Diaguitas, Colalao, Quilmes y Pichaos. "Esta manera permite tener las temperaturas adecuadas en función a la necesidad de cada vino para su fermentación y su guarda", explica la sommelier.

Vinos de altura y mujeres al mando en Tucumán

Estamos cerca de festejar el Día de la Pachamama, lo que para Silvia significa cuidar y entender que nosotros pertenecemos al lugar pero no somos los dueños. Por ello, prefiere vivir la producción en primera persona, ya que esto genera una conexión con todo el proceso: la relación con la planta, con el lugar, con el surgimiento de las uvas comienzan, etc.

Luna de Cuarzo tiene un porqué muy significativo: cuando la luna sale, comienza a aparecer en el horizonte, es una gran piedra blanca como los cuarzos que hay en el lugar.

Hacer vino es como criar a un hijo


La bodeguera especifica que una de las variedades que producen se llama Luna de Cuarzo: "Es un reserva que hice con todo el amor del mundo y que guardé desde el 2018. Sería como mimar la barrica todos los días. Es decir, hay que probar los vinos a ver cómo evolucionan, cómo se mantienen en el lugar que se encuentran. Controlarlo y probarlo constantemente". 

Vinos de altura y mujeres al mando en Tucumán

Consultada sobre su vino favorito, ella responde que siente que le estuviesen diciendo que elija a uno de sus hijos. Como todos suponemos siempre hay un favorito, en este caso el preferido para Silvia es el Reserva porque tiene todo un proceso de crianza. "Lo vas creando, vas eligiendo la mejor cosecha, después la guarda y, por último, la mejor botella. Sería como la máxima aspiración que se pretende dentro de lo que se conoce de vinos".



Todavía falta crecer pero hay mucho con qué hacerlo


Silvia plantea que tiene que haber un plan estratégico del gobierno para poder armar con solidez una nueva etapa: "Está siendo difícil en cuanto a lo económico. De alguna manera se tiene que ordenar el territorio, es algo que no se pone como prioridad". En cuanto a esta problemática, la bodeguera considera que se debería consultar con los pueblos originarios para conocer qué tierras están permitidas para los cultivos. 

Vinos de altura y mujeres al mando en Tucumán

También plantea que desde la legislatura deben responsabilizarse y analizar un avance en materia de producción. "Crecer significa tener más viñas y cepas, también más tecnología. Por ejemplo, el INTA debería involucrarse para aportar saberes con respecto a crear un vivero experimental, ya que todo lo elaborado hasta hoy se debió en parte a la experiencia propia de cada viticultor. Hay mucho material en Tucumán, es necesario reordenar y profesionalizar".

Buenos vinos sí los hay y no hace falta viajar muy lejos, ni a otra provincia. Tucumán cuenta con su propia Ruta del Vino con un gran número de instituciones que se dedican a la viticultura. Apostemos y conozcamos la industria de nuestra provincia, dejando los prejuicios de lado. Las mujeres siempre pudimos y podemos.

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