La noche del miércoles 29 de enero, un accidente aéreo de magnitudes trágicas golpeó a Washington DC, cuando un avión de American Airlines colisionó en el aire con un helicóptero militar. Ambos vehículos se desplomaron al río Potomac, en una explosión que dejó a la ciudad en estado de shock.

Según las autoridades, 28 cuerpos ya han sido recuperados de las frías aguas del río, aunque las labores de rescate continúan en busca de más víctimas. La tragedia ocurrió cuando el avión comercial PSA Airlines, una filial regional de American Airlines, se aproximaba al Aeropuerto Nacional Ronald Reagan para aterrizar. En ese momento, un helicóptero Black Hawk del ejército estadounidense, que se encontraba en una misión de entrenamiento, se interpuso en el camino del avión.

A medida que avanzan las investigaciones, las autoridades han descartado cualquier posibilidad de encontrar sobrevivientes. "Ahora estamos en un punto en el que pasamos de una operación de rescate a una de recuperación. En este momento, no creemos que haya sobrevivientes", afirmó John Donnelly, jefe de bomberos de Washington DC.

Con las condiciones del agua extremadamente frías, los equipos de rescate se enfrentan a dificultades adicionales. Las temperaturas del Potomac, que en días recientes llegaron a alcanzar los 0 grados centígrados, dificultan aún más las posibilidades de supervivencia, ya que la hipotermia puede causar la muerte en tan solo 30 minutos.

La versión de American Airlines y el clima de tensión

La versión inicial del accidente sugiere que ambos vehículos seguían patrones de vuelo estándar. Sin embargo, el director ejecutivo de American Airlines, Robert Isom, ha insinuado que el helicóptero podría haber sido el responsable de la colisión, ya que no estaba en la ruta adecuada para evitar al avión comercial.

Además, se ha revelado que la torre de control había intentado advertir al helicóptero de la presencia del avión, pero aparentemente no recibió respuesta antes del fatal impacto.

El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, también se expresó sobre el incidente, señalando que la colisión pudo haberse evitado: "Es una mala situación que parece que debería haberse evitado", escribió en sus redes sociales.

La búsqueda y recuperación de los cuerpos

Las autoridades y los equipos de rescate, compuestos por más de 300 personas, continúan trabajando en el lugar del desastre, que se extiende por el agua turbia y helada del Potomac. Se ha confirmado que tanto el avión PSA Airlines Bombardier CRJ700 como el helicóptero Black Hawk han sido localizados, pero el trabajo para recuperar los restos de las víctimas sigue en marcha.

El Aeropuerto Nacional Ronald Reagan, que suele ser utilizado por funcionarios del gobierno y legisladores estadounidenses, suspendió todos los vuelos, mientras que los familiares de las víctimas esperan respuestas sobre sus seres queridos.

Un impacto global y la incertidumbre de las víctimas

En medio de la tragedia, se confirmó que 64 personas viajaban en el avión de American Airlines. Aunque las autoridades aún no han revelado el número exacto de víctimas, se teme que haya una gran cantidad de fallecidos. El senador Roger Marshall de Kansas, estado de origen del vuelo, expresó su dolor al señalar: "Cuando una persona muere, es una tragedia, pero cuando mueren muchas, muchas personas, es un dolor insoportable".

Por su parte, figuras políticas como Ted Cruz y JD Vance también se han pronunciado pidiendo oraciones por los afectados.