Al igual que la avícola Granja Tres Arroyos, SanCor anunció el despido de 300 trabajadores

Esto se suma a una lista de situaciones conflictivas que afectan a empleados de frigoríficos, acerías, automotrices, aceiteras y neumáticos.

En la jornada de ayer la avícola Granja Tres Arroyos anunció el despido de 80 personas. Lo que agrava y preocupa la situación es que la cooperativa láctea SanCor también  se encuentra  en una situación crítica. Durante esta semana, la empresa envió unos 300 telegramas de despido trabajadores de sus cinco plantas, dos de ellas ubicadas en Santa Fe. La decisión llega en un contexto de grandes dificultades financieras, con tres meses de retrasos en el pago de salarios y deudas con los tambos proveedores de materia prima.

A medida que la cooperativa enfrenta su peor momento, se teme que los despidos continúen y afecten tanto a los trabajadores como a las comunidades donde opera. Con una planta de personal reducida, la incertidumbre se extiende más allá de la empresa, golpeando directamente a los tambos que entregan leche a SanCor, muchos de los cuales ya están enfrentando dificultades debido a la falta de pago.

El deterioro de la industria láctea: Atilra y la difícil situación de SanCor

Este colapso no es nuevo. La situación de SanCor viene deteriorándose desde que la Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera (Atilra) promoviera un fideicomiso bajo el gobierno anterior, que no prosperó. Este fallido intento de rescate económico llevó a un largo bloqueo de diez meses, lo que terminó afectando de manera irreversible a la cooperativa.

A pesar de los esfuerzos por revitalizar la empresa, con acuerdos que no lograron una recuperación real, SanCor sigue acumulando deudas y viendo caer su producción. La firma de un acuerdo con el sindicato en julio solo aceleró la crisis, ya que, en lugar de estabilizar las finanzas, provocó que la cooperativa comenzara a pagar deudas sin haber recuperado los ingresos necesarios.

Despidos y un futuro incierto: la situación de los trabajadores y los tambos

Los despidos en SanCor han sido abruptos. En un clima de incertidumbre, los trabajadores recibieron cartas de desvinculación sin previo aviso, mientras que los pagos a los proveedores de leche continúan demorados. Este recorte de personal afecta profundamente a las plantas de la cooperativa, que operan a un ritmo reducido debido a la falta de materia prima y de productos disponibles para distribuir.

Lo que más preocupa a los productores lecheros es la falta de certeza respecto a un posible rescate por parte de inversores. Aunque se han mencionado posibles compradores, como empresas vinculadas al fallido fideicomiso, hasta ahora no hay nada confirmado. En este contexto, muchos tambos, especialmente los más pequeños, han comenzado a dejar de entregar leche debido a la imposibilidad de seguir esperando pagos atrasados por más de tres meses.

Un golpe socioeconómico para las comunidades: el rol de Atilra y la política

Uno de los aspectos más preocupantes de la crisis de SanCor es la falta de reacción de los actores políticos y sindicales ante la situación. A pesar de la gravedad de los despidos y el impacto que esto tiene en las comunidades donde la cooperativa opera, no ha habido pronunciamientos importantes ni de sindicatos ni de autoridades locales. En algunos casos, los propios trabajadores que fueron parte de los bloqueos en el pasado celebraron la decisión de los despidos, lo que refleja una distorsión en la cultura laboral y un clima de creciente inequidad.

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