Cayó el gobierno en Siria: Al assad renunció y salió del país

Su principal aliado, Rusia, anunció que Al Assad "dimitió" y salió del país. "Después de 50 años de opresión, y 13 de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria", comunicaron los rebeldes

Siria vive una crisis nunca antes vista, Bashar Assad, presidente de ese país, renuncio en un final conflictivo después de 14 años de lucha por mantenerse en el poder. El país, durante los últimos años, se caracterizó por la fragmentación dada por una brutal guerra civil, que fue influencia indirecta de una guerra entre países y grupos de la región.

 

Uno de sus principales aliados, Rusia, admitió que Al Assad renuncio y salió del país. Momentos antes, los rebeldes comunicaron que: "después de 50 años de opresión, y 13 de crímenes y desplazamiento forzado, anunciamos hoy (miércoles) el fin de este período oscuro y el inicio de una nueva era para Siria".

En la caída del mandatario se vio una fuerte diferencia con los primeros tiempos de su periodo presidencial, muchos esperaban que viniese con ideas de renovación. Tenía solo 34 años y era un aficionado a la tecnología de trato amable. 

Sin embargo, cuando se enfrentó a las protestas en contra de su gobierno, Assad siguió recurriendo a las tácticas de su padre. Intento atacar cualquier protesta en contra de su gestión. Esto hizo que casi todas las protestas en el país terminaba en una guerra civil, en la cual Assad recurría a su ejército, que tenía como aliados principales a Irán y Rusia. 

Varios grupos internacionales de DD. HH. denunciaron el uso de la tortura y ejecuciones extrajudiciales en centros de detención gestionados por el gobierno de Assad. 

Se prevé que el conflicto sirio trajo casi medio millón de personas asesinadas y llevo a la mitad de la población que el país tenía antes de la guerra, 23 millones de personas. La guerra civil avanzaba y mucha población siria huyeron cruzando fronteras a Jordania, Turquía, Irak y Líbano. 

Parecía que Assad, en el último tiempo, había recuperado el control en todos los sectores del territorio sirio. Aunque Damasco seguía bajo estrictas sanciones occidentales, los países vecinos habían comenzado a resignarse al continuo dominio de Assad. La Liga Árabe restableció la membresía de Siria el año pasado, y Arabia Saudí anunció en mayo el nombramiento de su primer embajador en Siria desde que cortó lazos con Damasco 12 años antes.

Las iniciativas internacionales, debido al cambio de fichas en las presidencias del mundo, cambiaron rápidamente con una ofensiva sorpresa lanzada por grupos de oposición con base en el noroeste de Siria a finales de noviembre. Las fuerzas gubernamentales colapsaron rápidamente, mientras que los aliados de Assad, ocupados por otros conflictos -como la guerra de Rusia en Ucrania y las guerras iniciadas hace más de un año entre Israel y grupos armados respaldados por Irán, Hezbollah y Hamás- parecían reacios a intervenir con fuerza.

El paradero de Assad no estaba claro el domingo, entre reportes de que había dejado el país mientras los insurgentes tomaban control de la capital siria.

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