Delfines y orcas de Marineland quedaron varados tras el cierre del parque en Francia

El traslado a España fue rechazado por falta de condiciones adecuadas. Buscan una solución urgente para los animales.

El parque acuático Marineland, ubicado en Antibes, en el sur de Francia, cerró sus puertas en enero tras años de baja asistencia y la entrada en vigencia de una ley que prohíbe los espectáculos con mamíferos marinos desde diciembre de 2026. Este cierre dejó en una situación crítica a sus principales habitantes: dos orcas y 12 delfines que aún no encuentran un nuevo destino.

La dirección del parque había solicitado de forma urgente en febrero trasladar a los animales a dos parques españoles antes de mediados de abril, fecha en la que vencen los contratos del personal que los cuida. Sin embargo, las autoridades científicas españolas rechazaron la solicitud al considerar que las instalaciones propuestas no cumplen con los requisitos mínimos en cuanto a espacio, volumen y profundidad para alojar a los cetáceos.

Sin autorización para el traslado a España

La ministra francesa de Transición Ecológica, Agnès Pannier-Runacher, confirmó que no se dará luz verde al traslado a España, tras el dictamen negativo de los especialistas. Las orcas Wikie, de 24 años, y Keijo, de 11, junto a los delfines, deberán permanecer por ahora en Francia.

Parques Reunidos, el grupo que administra Marineland, fue instado a garantizar el bienestar de los animales mientras se busca una solución definitiva. La situación se torna aún más urgente debido a la finalización de los contratos del personal encargado de su cuidado y la necesidad de realizar obras de mantenimiento en el predio.

Activistas piden santuarios para los cetáceos en cautiverio

Las organizaciones por el bienestar animal, que durante años denunciaron el sufrimiento de las orcas en el parque francés, también se opusieron al traslado a España. Aseguran que esa medida iría en contra del espíritu de la ley de 2021 y reclaman la creación de santuarios donde los cetáceos nacidos en cautiverio puedan vivir de forma más digna y libre.

Mientras tanto, la ministra francesa continúa trabajando junto a sus pares de Italia, España y Grecia para encontrar un destino que cumpla con las condiciones necesarias. Por ahora, el futuro de los animales sigue siendo incierto.

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