Sportivo Guzmán vuelve a la acción en la Liga Tucumana con el dolor de la final que no fue pero con el orgullo de los tres títulos obtenidos en los últimos años. Diego Campisi, dirigente del club, pasó por los estudios de Enterate Play y no se guardó nada: "Nos ganaron con un penal inventado, pero este año vamos a ser protagonistas otra vez", lanzó.

El equipo mantiene la base del plantel campeón y suma algunas caras nuevas elegidas por el DT Diego Fligman. Sin presiones desde la dirigencia, el entrenador tiene carta libre para armar el equipo: "Todo es amateur, pero hacemos un esfuerzo para traer a los mejores dentro de nuestras posibilidades", explicó Campisi.

Más que un club: identidad y barrio

En Sportivo Guzmán, la camiseta pesa. Y no solo por los títulos, sino por lo que representa: un sentido de pertenencia que trasciende el fútbol.

La mayoría de nuestros jugadores nacieron o viven en Villa Nueva de Julio. Y los que llegaron de otros lados, hoy ya son uno más, destacó Campisi.

Sin grandes figuras individuales, el equipo se apoya en su juego colectivo y en el amor por los colores. "No tenemos estrellas, pero todos juegan por la camiseta. Eso nos hace distintos", remarcó el dirigente, quien reivindicó el espíritu del fútbol amateur como motor del club.

Desafíos del presente: tribunas vacías y lucha económica

El otro partido que juega Deportivo Guzmán es fuera de la cancha. La pérdida de público en los estadios, sumada a los costos elevados de entradas, complica la sostenibilidad de los clubes de la liga. "¿Quién va a pagar $7.000 para ver un partido cuando puede ver a Messi gratis desde su casa?", se preguntó Campisi con crudeza.

Para recaudar fondos, el club recurre a lo que puede: sponsors locales, venta de choripanes en la cancha y un fuerte compromiso de la comisión directiva. "Nuestras camisetas parecen autos de carrera de tantos sponsors", bromeó, reflejando la realidad de un fútbol que sobrevive con esfuerzo y pasión.

Fútbol, comunidad y contención social

Más allá del deporte, Sportivo Guzmán cumple un rol clave en su comunidad. 

El club le da a los chicos una oportunidad de crecer, de pertenecer a algo, de soñar, afirmó Campisi. 

Sin embargo, no todo es color de rosa. Campisi recordó el violento episodio en la cancha de Concepción de la Banda, donde vivieron una situación límite sin seguridad ni apoyo institucional. Aunque el Consejo Federal aplicó una sanción, desde la Liga Tucumana no hubo consecuencias: "Pedimos que se desafilie al club, pero no nos escucharon".