El balance del primer año de Milei: impactos económicos y sociales
El primer año de gestión mostró una caída del 3,1% interanual acumulado en la actividad económica.
El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó el primer año de gobierno de Javier Milei, destacando cómo las decisiones económicas y sociales afectaron al país. A continuación, un resumen de los principales resultados del informe.
Una economía con altibajos: caída y ajuste fiscal
El primer año de gestión mostró una caída del 3,1% interanual acumulado en la actividad económica, que alcanza el 5,5% si se excluye al sector agropecuario. Aunque hubo intentos de recuperación tras un desplome inicial, el panorama fue incierto, marcado por devaluación, contracción del consumo y recortes fiscales.
Además, la inflación desbordada tras las primeras medidas de liberalización alcanzó un 25,5% en diciembre de 2023, estabilizándose luego en niveles más moderados. Sin embargo, un cambio en la metodología del Índice de Precios al Consumidor (IPC) generó dudas sobre el reflejo real del costo de vida.
Impacto en el empleo y el consumo
La situación laboral y salarial se deterioró drásticamente:
Se perdieron 261.000 empleos registrados entre noviembre de 2023 y agosto de 2024.Los salarios reales cayeron significativamente: -1,5% en el sector privado registrado, -16,1% en el público y -20,1% en el no registrado.Esta dinámica afectó el consumo, con una marcada baja en productos esenciales como carne, yerba mate y lácteos. La pérdida del poder adquisitivo también golpeó al sector de jubilaciones, donde las reformas limitaron la capacidad de recuperación económica de los beneficiarios.
Desregulaciones y sus ganadores
Las desregulaciones impulsadas favorecieron mayormente a grandes corporaciones:
Las empresas de medicina prepaga aumentaron tarifas en un 241% anual.Los alquileres y servicios básicos se encarecieron por encima de la inflación.Se beneficiaron inversiones extranjeras en sectores como energía y tecnología, relegando a empresas nacionales.Por otro lado, el Régimen de Incentivo a las Grandes Inversiones (RIGI) otorgó beneficios fiscales sin asegurar generación de empleo ni encadenamientos productivos. Esto se sumó a la caída en la industria manufacturera, que perdió 38.500 empleos y 879 empresas.
Una economía desigual y un modelo extractivista
El superávit fiscal logrado, producto de un ajuste del gasto público del 29,1% acumulado, expuso las tensiones sociales. Este recorte afectó principalmente a jubilaciones, obras públicas y transferencias sociales. La política monetaria y el endeudamiento, en tanto, aumentaron las vulnerabilidades estructurales del país.