El Congreso podría rechazar el DNU de la SIDE

El Senado podría rechazar el decreto relacionado con la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), anteriormente conocida como la SIDE.

El Congreso se prepara para una semana de alta tensión. El Gobierno enfrenta la posibilidad de que la oposición avance en el Senado con la sanción del financiamiento universitario, una medida que podría afectar el equilibrio fiscal que Javier Milei busca mantener. 

Además, el Senado podría rechazar el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU) 656, que aumentó los fondos reservados de la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE).

En paralelo, los senadores oficialistas intentan asegurar una victoria con la aprobación del proyecto de Boleta Única Papel (BUP) para las próximas elecciones nacionales, una meta que ha sido esquiva para los libertarios desde principios de año.

En la Cámara de Diputados, la situación también es complicada para el Gobierno. El miércoles, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, deberá rendir cuentas sobre la gestión en un ambiente tenso, marcado por el reciente veto presidencial a la ley de recomposición jubilatoria. Este veto ha generado controversia y un clima hostil en el Congreso.

En el Senado, ya se ha convocado un plenario de comisiones para tratar el financiamiento universitario, con la posibilidad de que se busque convertirlo en ley esta semana. Sin embargo, los libertarios podrían intentar desdoblar las sesiones para tratar los temas más adversos al Gobierno por separado, el jueves.

El rechazo del DNU 656 es una prioridad para José Mayans, líder de uno de los bloques kirchneristas, que no quiere darle más tiempo a los libertarios. Sin embargo, en el oficialismo hay cautela sobre el resultado, reconociendo que la batalla podría estar perdida.

Por otro lado, la discusión sobre la ampliación de la Corte Suprema también está empantanada, con el Gobierno intentando avanzar en la designación de nuevos jueces.

Finalmente, el veto presidencial a la ley de recomposición jubilatoria enfrenta un posible rechazo en el Congreso, lo que podría llevar a un conflicto institucional significativo. 

Con un Congreso dividido y una oposición que gana terreno, la agenda del Gobierno se complica cada vez más.

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