El desplome del consumo en supermercados baja casi 23% interanual en agosto

En agosto, el consumo en supermercados registró una caída interanual del 22,6%, con una semana particularmente grave en la que el descenso alcanzó el 27,6%.

En agosto, el consumo en supermercados se hundió aún más, con una caída interanual acumulada del 22,6% hasta el 18 de agosto, según datos de la consultora Scentia a los que accedió Ámbito. 

Este mes comenzó con una aceleración en la baja respecto a julio, y la semana del 12 al 18 de agosto mostró un derrumbe récord del 27,6% interanual.

El desplome del consumo en los supermercados se agrava mes a mes, evidenciado por un colapso significativo en la semana mencionada. La caída es un reflejo de la crisis económica y social que afecta al país, con las sucursales de supermercados mostrando grandes vacíos, salvo durante promociones especiales con tarjetas bancarias o fintechs.

El panorama ya era preocupante desde junio, cuando las ventas cayeron un 12,4% interanual. En julio, la situación se intensificó con una baja del 16,1%, y en grandes cadenas el descenso fue del 16,6%. Los primeros días de agosto habían mostrado una caída del 18,7%, y la situación empeoró drásticamente en la segunda semana del mes.

El desplome en el consumo no solo afecta a los supermercados, sino también a otros canales de venta como autoservicios independientes y mayoristas. En julio, los autoservicios independientes vieron una caída del 15,5% interanual, mientras que en el sector mayorista el retroceso fue del 14,5% en junio.

A pesar de la desaceleración de la inflación, el poder adquisitivo de los consumidores no mejoró significativamente. 

El informe de la Gerencia de Estudios Económicos del Banco Provincia señala que, aunque los salarios reales del sector privado registraron un incremento, este no fue suficiente para contrarrestar el impacto de la inflación y las subas en tarifas y servicios.

Además, el índice de consumo del Banco Provincia y el Observatorio de Tarifas y Subsidios de la UBA y el CONICET indican que la recuperación del consumo se ve obstaculizada por el aumento de los costos de servicios públicos y una caída en la demanda de productos básicos, como carne y lácteos.

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