El discurso de Milei en Davos provocó indignación en Larry Fink, CEO de BlackRock
La reacción del influyente líder del fondo de inversión más grande del mundo subraya las tensiones entre el discurso de Milei y las políticas corporativas de diversidad e inclusión globales.
El reciente discurso de Javier Milei en el foro económico de Davos no solo atrajo la atención mundial por sus polémicas declaraciones, sino que también provocó una reacción inesperada de Larry Fink, CEO de BlackRock, el fondo de inversión más grande del mundo. En medio de un ataque a las mujeres y a la comunidad LGBT+, Fink se levantó indignado y abandonó la sala, un gesto que refleja las profundas diferencias entre el discurso de Milei y las políticas de inclusión que promueve BlackRock.
BlackRock, que administra más activos que el Producto Bruto Interno (PBI) de naciones como Alemania, ha sido históricamente un defensor de la agenda ESG (ambiental, social y de gobernanza). Esta agenda promueve la diversidad, la igualdad de género y la inclusión de minorías, principios que Milei atacó en su intervención. Según fuentes cercanas a BlackRock, Fink se mostró particularmente molesto por las afirmaciones de Milei, las cuales calificó de "antiguas" y "contraproducentes" para el desarrollo global.
Fink no es solo un líder corporativo; es también un pionero en la promoción de las políticas ESG. Desde la crisis financiera de 2008, BlackRock ha sido clave en la reestructuración de mercados y en la implementación de criterios de sostenibilidad en las empresas en las que invierte. La idea de que empresas como Nike, Bud Light y Hershey's promuevan activamente el orgullo LGBT+ y la inclusión transgénero no es algo que Fink vea como "modas pasajeras", sino como un elemento crucial para el futuro de las inversiones.
En su discurso en Davos, Milei criticó duramente lo que denominó "el wokismo" y lo vinculó con un supuesto control de las élites progresistas sobre las corporaciones. Sin embargo, para líderes como Fink, la promoción de la diversidad no es solo un compromiso ético, sino también un factor económico crucial que define la rentabilidad y la sostenibilidad de largo plazo de las empresas.
El CEO de BlackRock no fue el único en mostrar su desaprobación. Los principales inversores globales, que ven a la agenda ESG como una estrategia central, no tardaron en expresar su incomodidad con el discurso de Milei. Las grandes corporaciones buscan un entorno de negocios que valore la diversidad, la inclusión y la igualdad de género, y lo que Milei presentó en Davos resultó incompatible con estas prioridades.
Es más, la posición de Milei parece haber generado un vacío entre él y los líderes del capitalismo global, incluidos los principales actores de la economía verde y de los mercados sostenibles. A pesar de su enfoque en la liberalización económica, Milei parece estar chocando con las fuerzas más poderosas del mundo financiero, quienes consideran que sus posturas van en contra de los principios que rigen la inversión moderna.
A pesar de las tensiones en Davos, los seguidores de Milei siguen defendiendo sus posiciones y atacando a lo que consideran el "wokismo" global. Sin embargo, este tipo de retórica no resuena bien con aquellos que tienen la capacidad de influir en la economía mundial. BlackRock, por ejemplo, no solo invierte en gigantes corporativos como Apple, Unilever, McDonald's, sino también en importantes empresas de energía y tecnología. Su influencia sobre la economía mundial es tal que un desacuerdo con figuras como Fink podría tener repercusiones significativas para la economía argentina, que depende de la atracción de inversiones extranjeras.
Si bien Milei se ha ganado la atención de ciertos sectores conservadores, su discurso en Davos ha puesto de manifiesto las diferencias ideológicas con figuras clave de la diplomacia económica internacional. Donald Trump, por ejemplo, a pesar de sus posturas conservadoras, nunca atacó de manera tan directa a la comunidad LGBT+ ni las políticas inclusivas, y prefirió un enfoque más neutral, al igual que muchos otros líderes mundiales.
Milei, quien ha buscado acercarse al trumpismo y a figuras como Larry Fink en busca de apoyo para su modelo económico liberal, parece estar enfrentando un dilema. Sus políticas podrían generar una fractura con sectores clave del mundo empresarial que impulsan la agenda ESG. A medida que las tensiones entre Argentina y las grandes corporaciones globales aumentan, el presidente argentino se enfrenta al desafío de equilibrar su discurso ideológico con las expectativas de los inversores internacionales.
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