El papa Francisco instó a un intercambio de prisioneros entre Rusia y Ucrania

En su mensaje de Pascua pidió que se respeten "los principios del derecho internacional" y solicitó la liberación de los rehenes israelíes que fueron secuestrados el 7 de octubre pasado.

Durante su mensaje de Pascua en la plaza de San Pedro del Vaticano, el papa Francisco hizo un llamado por un "intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania". Ante aproximadamente 60.000 fieles durante la tradicional bendición urbi et orbi del Domingo de Resurrección, el líder de la Iglesia Católica expresó: "A la vez que invito a respetar los principios del derecho internacional, hago votos por un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania".

El papa ofreció la bendición después de presidir la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro, optando por no participar en el Vía Crucis en el Coliseo de Roma el viernes pasado para preservar su salud. A pesar de ello, el pontífice se mostró en buena forma, al igual que durante la misa de la Vigilia de Pascua el sábado, una ceremonia de casi tres horas. Tras la ceremonia del domingo, saludó a los fieles desde el papamóvil en la plaza San Pedro.

Reafirmó su llamado a garantizar el acceso de la ayuda humanitaria a Gaza, instando una vez más a la pronta liberación de los rehenes tomados el 7 de octubre y a un cese inmediato del fuego en la Franja. Además, hizo hincapié en la importancia de respetar los principios del derecho internacional.

Durante los primeros meses de la invasión rusa en Ucrania, el Vaticano intervino en la mediación para el intercambio de prisioneros. Sin embargo, la misión diplomática de la Santa Sede se estancó posteriormente. El papa Francisco asignó al cardenal Matteo Zuppi para liderar una misión de mediación, centrada principalmente en aspectos humanitarios, incluida la repatriación de los niños ucranianos deportados a Rusia. Sin embargo, hasta ahora, no se han alcanzado resultados concretos.

En su bendición, Francisco hizo un llamado para que no se permita que "los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo". Enfatizó que la guerra es siempre un acto absurdo y una derrota, instando a no sucumbir a la lógica de las armas y el rearme. Según él, la paz nunca se construye mediante el uso de armas, sino más bien extendiendo la mano y abriendo el corazón.

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