Pese a las diferencias internas que atraviesa el peronismo, el Partido Justicialista (PJ) mostró este viernes una postura unificada al rechazar con dureza las declaraciones de Kristalina Georgieva, directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien pidió "mantener el rumbo" en las próximas elecciones legislativas. Desde el PJ nacional -conducido por Cristina Kirchner- hasta la gobernación bonaerense calificaron sus dichos como una "intromisión electoral" y un "escándalo".

El gobernador Axel Kicillof fue uno de los más duros: acusó a Georgieva de protagonizar "una gravísima intromisión en la vida democrática" del país y aseguró que el FMI no solo impone recetas de ajuste, sino que "ahora pretende también elegir quién debe gobernar la Argentina". También apuntó contra Javier Milei por "renunciar a la soberanía" y "tercerizar la política económica" en una "burocracia internacional".

Denuncian apoyo político al plan económico de Milei

El PJ advirtió que el respaldo del FMI a la gestión de Milei, sumado al reciente acuerdo por 20.000 millones de dólares, configura un "nuevo préstamo político", en la misma línea del otorgado a Mauricio Macri en 2018. La polémica se intensificó cuando Georgieva fue vista luciendo un pin de motosierra -símbolo del ajuste libertario- durante una reunión con el ministro Federico Sturzenegger.

Desde el Congreso, Germán Martínez, jefe del bloque de Unión por la Patria, calificó los dichos de la funcionaria del Fondo como "impúdicos" y "una injerencia sin precedentes". Según el diputado, lo ocurrido va "más allá de una intromisión política" y se trata de "una injerencia electoral directa".

También se pronunció Agustín Rossi, excandidato a vicepresidente, quien advirtió: "Si la deuda es política, la respuesta debe ser igual. Hay que ganar las elecciones para desconocer este préstamo porque no es en beneficio del pueblo argentino".