Combate medieval: el deporte donde la hermandad se afianza

Esta disciplina no solo se trata de personas que se enfrentan en una liza con armaduras, espadas y escudos. Existe un trasfondo significativo que concluye en una gran amistad.

Facundo Cervera, integrante de León Albino, un club dedicado a la práctica del deporte, comenta cómo se interesó en el combate medieval, a sus 20 años, luego de ir a una convención anime y ver un combate de softcombat. En esta práctica se pelea con un flota flota que recubre un tubo de PVC, con forma de espada. "Yo peleaba hasta que no tenía fuerza en los brazos. Quien organizaba esa actividad me dijo ‘lo llevás en la sangre ¿te interesaría hacerlo pero en acero?', acepté inmediatamente", comenta el jugador. 

Facundo Cervera, integrante de León Albino.

El club tuvo un inicio complicado, ya que el fundador de esta iniciativa vivía en Córdoba y es quien debía impartirles todos los conocimientos sobre el deporte. En un principio, peleaban con armas de soft y luego las realizaron en madera. Posteriormente, decidieron hacer una división de roles en el club, donde algunos se dedicaron a la herrería y así fueron adentrándose a la edad de acero. 

Pasaron tres años en los cuales los integrantes del club fueron familiarizándose con el deporte. Se reunían en Parque Avellaneda para hacer actividad física y entrenar los movimientos específicos que conlleva el combate medieval. "Si bien todo era rústico, estábamos muy ilusionados, ya que comenzamos un movimiento en la provincia. Cuando implementamos el acero en nuestros instrumentos, llegamos a tener 30 integrantes", explica Facundo. En ese momento tomaron noción de la influencia y, sobre todo, del carácter mundial que tiene el deporte.

Combate en categoría espada larga.

El excapitán de León Albino explica que para competir en este deporte se debe hacer una gran inversión económica. Es un gran sacrificio, ya que todo el dinero invertido proviene de los jugadores, por lo que aún no es una actividad regulada por el Estado. Con respecto a esto, Facundo plantea que existe una cuestión significativa: "El problema es la lucha de egos en relación a los fundadores. Perdimos oportunidades importantes de programas de televisión  que buscaban hacer películas, ya que el movimiento está muy desarrollado en el país. No se logró hacer, debido a que no existe una unificación de criterios a nivel nacional", detalla.

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Con respecto a la relación que existe entre los clubes de la provincia, Facundo comenta que hay una gran camaradería. Entre ellos suelen prestarse sus instrumentos para pelear, y los más experimentados siempre están apoyando a quienes recién comienzan. "Lo que rescato mucho es que la mayoría de los clubes, a pesar de las diferencias que existen entre los egos, son muy unidos. Puede suceder que al ir a un combate te falte algo pero no va a importar porque siempre alguien te lo prestará", resalta Facundo.

De repente se encontró con un deporte donde después de una pelea los jugadores se abrazan, se felicitan y todos son más amigos que antes. Aunque no tengan fuerzas en los brazos se convidan entre ellos los sándwiches de milanesa post campeonato. De repente, es más fácil acercarle el sándwich a quien está al lado, que llevárselo uno mismo a la boca. Anécdotas de este tipo, que podrían ser mínimas pero son significantes y dan cuenta del respeto y la unión que tienen entre ellos, existen miles.

Cuando iniciaron este deporte, otro de los primeros integrantes fue Mauri. Junto con Facundo, tenían el sueño de luchar codo a codo en la modalidad de espada larga, un tipo de combate que les apasiona a ambos. Por diversas cuestiones no pudieron concretarlo, cada uno tomó su camino. 

Sin embargo, en el torneo del año pasado, se realizó un campeonato en la provincia a nivel nacional donde se cumplió el sueño de estos amigos. Peleó León Albino junto con el club donde entrena Mauricio, codo a codo, para defender a Tucumán. Para Facundo fue como volver a formar parte de algo hermoso, aunque el broche de oro para esa amistad fueron las palabras que intercambiaron entre ellos. Facundo dijo: "Yo entiendo que ahora formaste una familia y además el físico ya no rinde lo mismo que antes, pero qué lindo poder entrar, después de nueve años, a competir en espada larga con vos", ambos se emocionaron hasta las lágrimas. Para el integrante de León Albino fue importante, ya que pudieron ver reflejado tanto trabajo culminado, al cumplir uno de sus sueños. "Es ese amor que hay detrás lo que hace todo tan maravilloso", destaca.

Facundo remarca que hay mucho honor en el deporte: si ven que el contrincante está demasiado cansado, buscan marcar los puntos necesarios para ganar y finalizan la pelea. "Nos cuidamos mucho, no es tan relevante quién gana, quién pierde, sino haberlo dejado todo y ser felices. No lo siento como una competencia en sí".

El ex capitán de León Albino cuenta qué es lo que lo llevó a enamorarse del deporte: a pesar de que se ve como una actividad brutal, hay mucho amor detrás. Desde los herreros que les ofrecen los instrumentos casi a precio de costo, los chicos de marcha que a veces están hasta ocho horas sin dormir ni comer (porque están constantemente contando puntos), hasta quienes están a cargo de la técnica. 

Muchas veces las personas se acercan solamente porque ven las armaduras y les parecen interesantes, pero después lo que los incentiva a quedarse y entrenar es el grupo. El sentimiento de querer competir y ganar, y, sobre todo, sentir el amor que hay detrás. "Sentir que formás parte de algo grande", concluye Facundo.

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