En el juicio por la muerte de Diego Maradona, un nuevo testimonio sacudió la sala del Tribunal Oral Criminal N.º 3 de San Isidro. El médico Fernando Villarejo, jefe de terapia intensiva de la Clínica Olivos, aseguró que Leopoldo Luque y Agustina Cosachov -imputados en la causa- le pidieron sedar al exfutbolista durante su recuperación postoperatoria. "Fue una decisión que tomé en total desacuerdo", declaró el profesional.

Según detalló Villarejo, la solicitud se basaba en el estado de agitación y abstinencia que presentaba Maradona tras la cirugía de cabeza. Aunque el médico recomendó un tratamiento en un centro especializado con un equipo multidisciplinario, finalmente se avanzó con la sedación durante 24 horas, a pesar de que el procedimiento requería una planificación más extensa.

"Se necesitaba un horizonte claro, y no lo había. Era mi responsabilidad si algo salía mal", explicó Villarejo, quien además se encargó de ir reduciendo la dosis de sedación tras ver que no había un plan terapéutico.

Fuerte crítica a la internación domiciliaria

El testimonio también expuso las diferencias entre Villarejo y el equipo que rodeaba a Maradona respecto al lugar más adecuado para su recuperación. "No era un paciente para estar en una casa", advirtió, en relación con la decisión de trasladar al Diez a una vivienda en Tigre, donde murió el 25 de noviembre de 2020.

Villarejo recomendaba una internación en un centro de rehabilitación con personal capacitado. "Necesitaba un acompañamiento integral, con médico, terapista, control de lo que consumía. Eso no se puede garantizar en una casa", señaló.

No obstante, fue Luque, como médico de cabecera, quien insistió con la alternativa domiciliaria. El equipo médico de Olivos, pese a no estar de acuerdo, acató la decisión.