Impacto de la baja de aranceles en la industria textil: inflación, empleo y competitividad

El Gobierno busca bajar la inflación y aumentar la competencia en el sector.

El reciente anuncio del Gobierno sobre la reducción de aranceles a la importación de ropa, calzado y telas generó un intenso debate en el sector textil e indumentario. Mientras el ministro de Economía, Luis Caputo, sostiene que la medida contribuirá a la baja de la inflación y fomentará la competencia, expertos advierten que las consecuencias sobre el empleo podrían ser más negativas que los beneficios en los precios.

¿Cómo influirá la baja de aranceles en la inflación?

Según el análisis del doctor en Desarrollo Económico, Gustavo Ludmer, la reducción de aranceles tendría un impacto menor en el Índice de Precios al Consumidor (IPC), estimando una disminución de apenas 0,2 puntos porcentuales. No obstante, identificó cuatro factores que podrían afectar los precios de las prendas de vestir:

- Caída del 11,1% en el precio de la ropa importada: Basado en un "mark-up" de cinco veces el costo de la prenda nacionalizada. Sin embargo, no está garantizado que la reducción de impuestos se traduzca en una baja directa para los consumidores.

- Aumento de la participación de productos importados: Se espera que el porcentaje de prendas extranjeras en el mercado se duplique, lo que llevaría a una reducción promedio del 2,7% en los precios.

- Reducción del costo de insumos para la producción local: Aunque los insumos representan hasta el 50% del costo final, el efecto en los precios sería menor (1%) debido a la estructura de intermediarios.

- Presión competitiva sobre la producción local: Se prevé una caída del 1,2% en los precios de la producción nacional, aunque con el riesgo de quiebras y despidos en el sector formal.

El riesgo para el empleo en la industria textil

Uno de los principales temores radica en la destrucción de puestos de trabajo. Ludmer estimó que la liberalización de importaciones podría provocar la pérdida de 47.500 empleos, distribuidos entre 30.150 en confección y 17.350 en el sector textil.

Desde la Federación de Industrias Textiles Argentinas (FITA) y los Industriales Pymes Argentinos (IPA) cuestionaron la medida, argumentando que genera una competencia desigual al priorizar la reducción de aranceles sin medidas para mejorar la competitividad local.

¿Cómo enfrentar el desafío de la apertura comercial?

Empresas como Jidoka, especializadas en comercio exterior, anticipan un crecimiento del 30% en las importaciones de indumentaria en 2025. Ante este panorama, sugieren estrategias para fortalecer la industria local, como la inversión en tecnología, la diferenciación de marcas, la apertura a mercados internacionales y la colaboración intersectorial.

Si bien la apertura comercial puede traer beneficios en términos de variedad y precios, el desafío radica en encontrar un equilibrio que no ponga en riesgo el empleo y la producción nacional.

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