La actriz Gena Rowlands ha fallecido a los 94 años

Desafió todos los límites y personificó como nadie a mujeres extraordinarias en el cine.

Conocida por su colaboración estrecha con su esposo y director de sus filmes más icónicos, John Cassavetes, Gena Rowlands dejó una huella indeleble en generaciones de espectadores. La noticia de su muerte, ocurrida este miércoles en su hogar en Indian Wells, California, fue confirmada por el portal TMZ. La actriz estuvo acompañada por su familia, incluido su esposo Robert y su hija Alexandra Cassavetes.

Rowlands comenzó su carrera en la televisión de los años 50, destacando luego en el cine con papeles que desafiaron las normas de su época. Desde su interpretación en Faces (1968) hasta su icónico papel en Una mujer bajo influencia (1974) y su feroz personaje en Gloria (1980), Rowlands fue una presencia inconfundible en el cine independiente de Cassavetes. Su muerte marca el fin de una era, dejando un legado que captura la transición de una joven actriz prometedora a un símbolo de la contracultura y la independencia en Hollywood.

Nacida en Cambria, Wisconsin, Rowlands fue influenciada por su madre, una actriz de teatro, para seguir una carrera en las artes. Durante los años 50, se formó en la Academia de Artes Dramáticas de Nueva York, un periodo de cambio y renovación en la interpretación, marcado por figuras como Marlon Brando y la influencia de Konstantín Stanislavski. Su encuentro con Cassavetes en 1951 dio inicio a una de las colaboraciones más fructíferas del cine, tanto en su vida personal como profesional. Se casaron en 1954 y tuvieron tres hijos, quienes continuaron la tradición cinematográfica familiar.

A lo largo de su carrera, Rowlands se destacó por su capacidad de transformar papeles convencionales en interpretaciones cargadas de emotividad y profundidad. Su colaboración con Cassavetes, que comenzó con Shadows (1959), fue un punto de inflexión, marcando el inicio de un estilo cinematográfico caracterizado por la improvisación y la producción independiente. Faces fue el primer gran éxito de esta colaboración, seguido de obras maestras como Una mujer bajo influencia, que consolidó a Rowlands como una de las actrices más importantes de su generación.

En los años posteriores a la muerte de Cassavetes en 1989, Rowlands continuó trabajando en cine y televisión, destacándose en películas como La otra mujer (1988) de Woody Allen y colaborando con su hijo Nick Cassavetes en filmes como Diario de una pasión (2004), que la introdujo a una nueva generación de espectadores. Su legado, sin embargo, se extiende más allá de sus actuaciones: Rowlands fue una figura clave en la creación y desarrollo de muchas de las películas de Cassavetes, participando activamente en su producción y guion.

La muerte de Gena Rowlands representa la pérdida de una de las últimas grandes figuras de un tiempo de cambio en Hollywood. Su influencia y talento perdurarán en la memoria del cine, en la belleza y complejidad de sus personajes, y en la inspiración que dejó en generaciones de actores y cineastas.

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