La casa de su infancia ahora es el lugar donde cumplió su sueño
En el Día Nacional de la Danza, Sol García Martínez, bailarina multifacética, cuenta cómo fue cumplir el sueño que compartía con su hermana.
Sol tiene 37 años, es cantante, bailarina clásica y contemporánea, docente de comunicación e instructora.
Cuando tenía cuatros años comenzó a hacer gimnasia artística y siempre soñó con bailar. Armaba coreografías en el living de su casa lo que la llevó a pasar de la gimnasia a la danza. Su profesora vio talento en ella y comenzó a practicar por la mañana con clases particulares. Por las tardes iba a la escuela de danza. En el verano, no iba de vacaciones con sus amigas sino que prefería hacer talleres de danza.
En 2009, comenzó a dar clases y asistir a cursos para adquirir la pedagogía para enseñar. Mientras, también estudiaba: "Comunicación pasó a ser mi hobbie y la danza mi profesión", explica Sol.
En 2010, audicionó para ingresar al Ballet Contemporáneo de la provincia. Aunque solo asistió un año ya que, como se sabe, no existe una apuesta legítima por la danza. Incluso hasta hoy, los bailarines siguen denunciando que se le adjudique el valor que merece por ser una profesión.
Igualmente, Sol rescata que su experiencia fue muy buena integrando el Ballet Contemporáneo ya que viajó por muchas provincias y compartió escenario con grandes artistas.
La casa de su infancia ahora es su lugar para enseñar
Luego de haberse mudado a un nuevo hogar junto a su familia, Sol regresó a la casa de su infancia para crear su academia. Refaccionó el primer piso para cumplir el sueño que tenía junto a su hermana y así surgió Intermezzo Danza & Fitness. Armó su propia metodología para traer a la provincia esta técnica desconocida.
Su objetivo como bailarina, aunque se desanimó un poco por su experiencia, la llevó a apuntar más a la danza pero como docente. El ver cómo los adolescentes se comprometen con la disciplina la impulsa a seguir apostando por esto.
La bailarina afirma que la danza le regaló muchos momentos memorables que la hacen sentir afortunada por haber estado en el momento y lugar adecuado. Por ejemplo, cuando con su cuerpo de baile compartieron junto al coro universitario, el de niños y la orquesta sinfónica de la UNT, en una puesta en escena de más de 300 personas.
Tucumán es un nicho de grandes artistas
En estos momentos, está residiendo en Italia donde se encuentra con mucha cultura. Aún así afirma que en la provincia hay un gran recurso humano artístico, especialmente de parte de los artistas independientes. Admira la capacidad que tienen para hacer arte, sin embargo, remarca que sería ideal tener más espacio, oportunidades y políticas públicas, ya que todo se hace a pulmón. "La mayoría se va porque después no tiene dónde ejercer", explica la bailarina.
"Me dijeron que no iba a poder hacer todo pero cuando uno se apasiona puede lograrlo"
Cantar y bailar son las actividades que más le gustan porque su casa siempre fue muy musical ya que todos sus familiares están embebidos en la música. Toda expresión artística que se pueda usar para interpretarla, ya sea el cuerpo, la voz o un instrumento, es su motivación principal.
"Bailar es interpretar la música con el cuerpo, con el movimiento, recorriendo los espacios de la sensación, la emoción y la sensibilidad", reflexiona Sol.