La Casa Rosada aumenta su control sobre Cancillería y crece la tensión con diplomáticos

La relación entre la diplomacia de carrera y el gobierno se ha deteriorado.

El Ministerio de Relaciones Exteriores atraviesa una fase de cambios profundos bajo la creciente influencia de Santiago Caputo, asesor de confianza del presidente Javier Milei, lo que ha provocado la renuncia del vicecanciller Leopoldo Sahores. La canciller Diana Mondino ha perdido peso en la conducción de la política exterior, cediendo terreno a las decisiones impulsadas desde la Casa Rosada.

La relación entre la diplomacia de carrera y el gobierno se ha deteriorado, especialmente tras la intención del Ejecutivo de imponer impuestos adicionales sobre los sueldos de los diplomáticos en el exterior. La justicia frenó esta medida, pero el malestar persiste.

Caputo ha designado figuras clave, como Nahuel Sotelo, para controlar áreas sensibles, mientras que Mondino ha sido cada vez más marginada en temas clave como derechos humanos y género, alineándose más con la ideología conservadora del gobierno.

En este contexto, la renuncia de Sahores y otros funcionarios ha dado lugar a una reestructuración, con Eduardo Bustamante asumiendo como vicecanciller. Bustamante, un diplomático cercano a Mondino, intentará recuperar parte de la influencia perdida, mientras el gobierno refuerza su control sobre la Cancillería, generando preocupación entre aliados internacionales por las posturas que Argentina ha adoptado recientemente.

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