La suspensión de las PASO en Buenos Aires quedó en suspenso por la interna del peronismo

La pelea entre el kirchnerismo y el kicillofismo volvió a frenar el avance del proyecto que elimina las PASO en la provincia.

Cuando parecía que la Legislatura bonaerense iba a dar por cerrada la discusión y convertir en ley la suspensión de las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO), la interna peronista hizo explotar todo por los aires. En Diputados estaba todo listo para votar, pero las diferencias entre el kirchnerismo y el sector que responde a Axel Kicillof volvieron a encender la mecha.

Aunque Cristina Fernández de Kirchner había bajado un mensaje conciliador para que su tropa acompañe el proyecto del Ejecutivo, la unidad duró poco. Las diferencias internas, sumadas a una advertencia clave de la Junta Electoral bonaerense, dejaron el tema otra vez en pausa.

La Junta Electoral también dijo basta: los plazos no dan

Más allá del tire y afloje político, el golpe más fuerte al proyecto lo dio la Junta Electoral de la Provincia. En un comunicado contundente, aseguraron que los plazos que aprobó el Senado son impracticables. Según la ley actual, hay 60 días para presentar alianzas y 30 para listas. El Ejecutivo había propuesto estirar esos tiempos a 80 y 70 días respectivamente, algo que desde el Senado -con apoyo del kirchnerismo y parte de la oposición- rechazaron de plano.

Esto dejó a la Junta sin margen de maniobra para organizar el cronograma electoral en caso de que se suspendieran las PASO, complicando aún más la situación.

Un debate congelado... por ahora

Por ahora, el proyecto quedó en el freezer. Se habla de una semana de espera, pero en la política bonaerense eso puede significar mucho más. Mientras tanto, la única certeza que dejó la última sesión fue el homenaje al papa Francisco. El resto, pura incertidumbre.

Como resumió con cierta ironía la senadora cristinista Teresa García: "70 días de campaña, con la situación del país, es demasiado". Una frase que no solo marca postura, sino que también anticipa que la discusión está lejos de cerrarse.

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