El 5 de noviembre de 2024, las elecciones presidenciales confirmaron lo que parecía improbable: Donald Trump regresa a la Casa Blanca. El expresidente lo hace tras una reñida contienda que, como en 2020, tuvo como protagonistas a los estados bisagras. Con victorias decisivas en lugares como Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, Trump consolidó su poder en el Colegio Electoral y superó a la candidata demócrata, Kamala Harris, quien obtuvo un apoyo menor que el republicano.
Desde su residencia en Florida, Trump celebró el triunfo rodeado de su círculo cercano de aliados y futuros colaboradores. Este regreso marca no solo su retorno a Washington, sino también su consolidación al frente del Partido Republicano, una victoria que se fue fraguando durante años y que ahora se desglosa en varias claves.
CLAVES DEL TRIUNFO DE DONALD TRUMP
Dominio en los estados bisagra: El factor determinante para el triunfo de Trump fue su rendimiento en los
swing states, como Georgia, Pensilvania y Carolina del Norte, que fueron fundamentales para inclinar la balanza electoral a su favor. Si bien la competencia fue dura, también logró sorprender en otros estados como Wisconsin, Michigan, Nevada y Arizona, que tradicionalmente han sido inciertos en su voto. Este control de los territorios decisivos le dio la ventaja necesaria para asegurar la victoria en el Colegio Electoral.
Un discurso directo que conecta con su base: Trump volvió a utilizar su característica retórica directa y a menudo polémica, un estilo que le permitió conectar profundamente con el pueblo. Su discurso claro y contundente, centrado en temas como la inmigración y la seguridad fronteriza, encontró eco especialmente entre aquellos votantes que rechazan la corrección política y valoran la franqueza. Este enfoque lo mantuvo firme en los estados más conservadores y le permitió mantener su base unida, incluso ante las críticas más duras de sus opositores.
La economía y la inflación como factores clave: La situación económica también jugó un papel decisivo en la elección. Trump hizo hincapié en que podría ofrecer una mejor respuesta económica frente a los problemas que afectan a la clase media y baja. La inflación y el alza de los precios fueron temas que marcaron la agenda, con muchos votantes considerando que el gobierno demócrata no había logrado controlar la situación. Frente a esto, Trump presentó una alternativa que prometía restablecer la estabilidad económica que muchos percibían como deteriorada bajo la administración de Biden.
La inmigración, un tema candente: Una de las piedras angulares de la campaña de Trump fue su enfoque estricto sobre la inmigración. A lo largo de su campaña, destacó la necesidad de fortalecer las fronteras para evitar la entrada de inmigrantes ilegales. Esta postura fue especialmente popular en los estados fronterizos, donde el control migratorio sigue siendo una de las principales preocupaciones de los votantes.
Resistencia a las críticas y la imagen de "fuertemente independiente": A pesar de las constantes advertencias de que su regreso podría significar un estilo de gobierno "autoritario", Trump logró minimizar el impacto de estas críticas. La mayoría de su electorado desestimó las acusaciones de sus detractores, eligiendo enfocarse en temas económicos y de seguridad, los cuales son prioritarios en el día a día de los votantes.
El Partido Republicano a su favor: Trump contó con un respaldo casi absoluto del Partido Republicano, lo que le permitió superar algunas disidencias internas. Este apoyo fue crucial, ya que la maquinaria republicana jugó un papel clave en movilizar el voto en los estados claves. La unidad dentro de su partido también le permitió mantener una ventaja significativa sobre Kamala Harris, especialmente en los estados más competitivos.
Mayoría republicana en el Senado: El control del Senado por parte de los republicanos se presenta como otra ventaja significativa para Trump. Con un Senado bajo su influencia, podrá implementar su agenda y afrontar de manera más efectiva cualquier desafío que se le presente desde el Congreso. Esta ventaja le otorga una autonomía política crucial para sus futuros proyectos y decisiones.
Expansión del control territorial republicano: En las elecciones también se observó un reforzamiento del poder republicano a nivel estatal. Los republicanos consiguieron nuevas gobernaciones, incrementando su control en varios estados como Vermont, Virginia Occidental, y Dakota del Norte, entre otros. En total, 27 gobernadores republicanos estarán al mando de los destinos de la mayoría de los estados del país.
El regreso de Trump a la Casa Blanca se articula como el resultado de un proceso largo, marcado por su capacidad para conectar con su base, dominar los temas clave de la agenda política y mantener el apoyo del Partido Republicano. Si bien las dudas sobre su estilo de gobierno persisten, lo cierto es que Trump ha logrado consolidar su retorno con un claro mandato electoral.