"Que diga dónde está el cuerpo": volvió a prisión uno de los asesinos de Betty Argañaraz

La Justicia revocó la libertad condicional de Marcos Daniel Fernández por violar las condiciones impuestas. La hermana de la víctima apuntó: "No tiene perdón".

Marcos Daniel Fernández, uno de los condenados por el crimen de la docente Betty Argañaraz, volvió a prisión tras incumplir con los términos de su libertad condicional. La jueza Ana Cecilia Escobar ordenó su inmediato traslado al penal de Benjamín Paz luego de constatar que no vivía en el domicilio fijado por la Justicia.

De acuerdo con el fiscal Gonzalo García, desde julio se informaba que Fernández residía en El Cadillal con su pareja, Susana Acosta -también condenada por el asesinato-, cuando debía permanecer en San Miguel de Tucumán. Aunque inicialmente se le había permitido el cambio, esa medida fue revocada y él desoyó la nueva orden.

En audiencia, Fernández intentó justificar su desobediencia argumentando que trabaja en un drugstore y cuida de su nieta de seis años. Sin embargo, la magistrada concluyó que su conducta era reiterada y decidió revocar el beneficio de la libertad condicional.

Liliana Argañaraz: "No tiene perdón, ni siquiera tuvo piedad"

Como en cada instancia judicial, Liliana Argañaraz, hermana de Betty, estuvo presente. Frente al tribunal, expresó con firmeza: "Que diga dónde está el cuerpo. Que tenga un poco de humanidad y nos diga qué hicieron con ella".

"Nos sacaron a Betty, la desaparecieron, la asesinaron, y encima siguen burlándose de la Justicia. No tiene perdón, ni siquiera tuvo piedad con mi mamá, que murió sin poder despedirse de su hija", agregó entre lágrimas.

También cuestionó la libertad condicional otorgada meses atrás: "No podemos entender cómo alguien que nunca colaboró con la causa ni mostró arrepentimiento podía andar libre como si nada. Es una vergüenza. A la familia no nos dan libertad condicional del dolor".

Un crimen que sigue impune en parte

Betty Argañaraz desapareció en 2006, cuando iba a asumir como directora del colegio donde trabajaba. La Justicia determinó que fue asesinada por Fernández y Acosta, movidos por celos profesionales. El cuerpo nunca fue encontrado. Ambos recibieron una condena de 20 años en 2009.

Durante su paso por prisión, Fernández -quien entonces era conocida como Nélida- inició su transición de género y contrajo matrimonio con Acosta. En 2023, ella accedió a la libertad condicional; él lo hizo en 2024, pero su reincidencia lo llevó de vuelta a la cárcel.

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