Máxima tensión en la previa del clásico español: Real Madrid protestó y se bajó de todos los actos previos a la final de Copa
El club blanco explotó tras los dichos de los árbitros y decidió ausentarse de la previa del duelo ante Barcelona. A pesar del escándalo, confirmó que sí jugará el partido.
Protesta sin precedentes del Real Madrid
En una decisión inesperada, el Real Madrid encendió la polémica antes de la final de la Copa del Rey ante el Barcelona. Éste viernes, a solo un día del partido en Sevilla, el club anunció que no participaría en ninguno de los eventos oficiales previos: ni la cena institucional, ni el entrenamiento en La Cartuja, ni la conferencia de prensa habitual.
El detonante fue una rueda de prensa en la que los árbitros designados para el encuentro, González Fuertes y De Burgos Bengoetxea, hicieron declaraciones que el Madrid interpretó como una crítica directa a Realmadrid TV, medio oficial del club. La dirigencia merengue entendió que se trató de una actitud hostil y "amenazante", a solo horas de disputar una final que capta la atención del mundo.
Un comunicado cargado de reclamos
Horas después del plante, el club publicó un duro comunicado en el que denunció una "clara animadversión" por parte de los árbitros. Criticó el tono de sus declaraciones y acusó al cuerpo arbitral de vulnerar los principios de equidad e imparcialidad. Además, exigió a la Federación Española y al Comité de Árbitros que actúen "en defensa del prestigio institucional".
Pese a la tensión, el presidente de la Federación, Rafael Louzán, llevó calma: "La final se va a jugar", aseguró. Llamó a la responsabilidad y destacó que "hay mucha gente trabajando para que esto salga bien".
El partido se juega, pero la grieta sigue
Finalmente, el Real Madrid emitió un segundo comunicado para confirmar que el equipo nunca consideró no presentarse a la final. Afirmó que sus valores deportivos están por encima de cualquier conflicto, aunque insistió en que las palabras de los árbitros no deberían empañar un evento de tanta magnitud.
Así, la previa del clásico español se tiñó de escándalo, pero la pelota, al menos por ahora, sigue girando.