Milei eliminará el DNI no binario por decreto

El presidente firmará en los próximos días un decreto que prohíbe el acceso al DNI no binario, implementado en 2021. La medida forma parte de su agenda contra la "ideología de género", pero enfrenta fuertes críticas y podría desencadenar reclamos judiciales.

En una decisión que generó un gran revuelo, el presidente, Javier Milei, firmará en los próximos días un decreto que eliminará el DNI no binario, una opción de identidad de género que existe en el país desde 2021. La medida, que se inscribe dentro de la guerra cultural que Milei y su gobierno emprendieron contra lo que consideran "la agenda de género", prohíbe el acceso a documentos de identidad para personas no binarias, quienes, desde la sanción de la Ley de Identidad de Género en 2012, podían registrar su identidad más allá de las categorías tradicionales de "masculino" o "femenino".

Una medida controvertida

El decreto, que se espera sea rubricado en los próximos días, impedirá que cualquier persona solicite la modificación de su DNI para reflejar una identidad no binaria, una opción que fue introducida en 2021 bajo el gobierno de Alberto Fernández. Este cambio permitía que las personas que no se identificaran ni como hombres ni como mujeres pudieran registrar una "X" en su documento de identidad. Esta medida ponía a Argentina a la vanguardia de los derechos humanos en la región, junto a países como Canadá, Alemania e India, que también permiten identidades no binarias en su documentación.

Según fuentes cercanas al gobierno de Milei, el decreto ya está redactado y se espera su publicación en el Boletín Oficial en breve. Sin embargo, la decisión desató un aluvión de críticas de activistas de derechos humanos, legisladores de la oposición y expertos constitucionalistas, quienes aseguran que la medida va en contra de derechos fundamentales consagrados en la Constitución Nacional y tratados internacionales de derechos humanos.

Reacciones y críticas

El constitucionalista Andrés Gil Domínguez, en diálogo con Letra P, señaló que la medida no solo es inapropiada desde un punto de vista legal, sino que podría sentar un precedente regresivo en cuanto a los derechos de las personas. "La Constitución y los tratados internacionales reconocen la identidad de género como un derecho. No se puede eliminar un derecho con un simple decreto", indicó. Además, advirtió que el gobierno no puede desconocer los documentos emitidos hasta ahora a las personas que ya se identifican como no binarias, ya que esto vulneraría principios básicos de la ley.

Por su parte, Manu Mireles, activista trans no binarie y cofundadora de la organización Mocha Celis, expresó su preocupación sobre las consecuencias de esta medida. "No solo está en juego un derecho fundamental, sino también la democracia misma. Si no se respeta la identidad de las personas, ¿qué clase de democracia estamos construyendo?", cuestionó.

La medida también generó un amplio rechazo en diversos sectores de la sociedad civil, que temen que esta decisión sea solo una de las muchas que seguirán en la misma línea, contrarias a los avances en materia de derechos humanos y diversidad sexual que se han logrado en los últimos años.

La batalla cultural de Milei

Esta medida forma parte de una serie de decisiones impulsadas por el gobierno de Milei que han buscado desmantelar las políticas progresistas implementadas en los últimos años. Además de la eliminación del DNI no binario, el gobierno de Milei también avanzó en otras medidas que fueron calificadas como regresivas, como la prohibición del uso de lenguaje inclusivo en la administración pública y el desfinanciamiento de programas de salud reproductiva.

Milei mantiene una postura firme contra la "ideología de género" y sostiene que su gobierno trabajará para revertir lo que considera un "avance de la agenda woke" en la política argentina. A su vez, intensificó su retórica contra las políticas internacionales promovidas por la ONU y otras organizaciones de derechos humanos, alineándose con una corriente conservadora en temas de género.

El presidente también fue crítico de otras iniciativas como la Agenda 2030 de la ONU y el Pacto de Futuro, que abogan por la inclusión de diversas identidades y orientaciones sexuales en las políticas gubernamentales.

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