Milei frente a un panorama complicado por las reformas previsionales y las demoras en la Boleta Única

El bloque oficialista da por perdida la discusión por jubilaciones, mientras los partidos provinciales acusan al Ejecutivo por demorarse en presentar el proyecto para la reforma política.

La semana crítica para el Gobierno de Javier Milei, marcada por la pérdida de la presidencia de la Comisión Bicameral de Inteligencia y el revés legislativo respecto al DNU de fondos para la SIDE, continúa con nuevas complicaciones. La sesión especial convocada para hoy en el Senado, destinada a debatir la reforma jubilatoria y otros temas importantes, enfrenta un panorama incierto, con el oficialismo temiendo una posible derrota y enfrentando una creciente tensión con la Cámara alta.

El conflicto comenzó con la postergación del tratamiento de la Boleta Única de Papel (BU), que había sido programada para ser discutida esta semana. Los partidos provinciales han criticado al Ejecutivo por no presentar a tiempo el documento con las modificaciones propuestas para la reforma política, que ya había recibido media sanción en Diputados. Según fuentes del Senado, el problema se debió a que el Gobierno envió las modificaciones "demasiado tarde", justo antes de la fijación del temario, lo que generó malestar entre los senadores. "No terminan de decidir qué quieren con la reforma política. Antes querían agregar ficha limpia, ahora solo Boleta Única. Hay muchas contramarchas", comentó un senador de la oposición.

Desde el Gobierno, se intentó desviar la culpa hacia la ausencia de la senadora Alejandra Vigo, quien estaba fuera del país durante la discusión crucial. En el oficialismo aseguraron que la falta de su voto habría impedido alcanzar el número necesario para aprobar la reforma, mientras que el entorno de Vigo explicó que su viaje a Estados Unidos había sido planificado con anterioridad.

En paralelo, el llamado a una sesión especial en el Senado para discutir el aumento de dietas para los senadores, convocado por la presidenta del Senado, Victoria Villarruel, ha generado fricciones adicionales. La Casa Rosada criticó duramente a Villarruel, acusándola de apresurar la sesión para desviar la atención de las críticas hacia los aumentos salariales. Desde un partido provincial, se calificó la convocatoria como un "capricho" de la vicepresidenta, sugiriendo que la discusión sobre las dietas podría haberse pospuesto.

La situación se agrava con la inminente discusión de la reforma jubilatoria, que se perfila como un nuevo desafío para el oficialismo. En el Senado y en la Casa Rosada, existe un consenso creciente de que el Gobierno podría enfrentar una derrota en esta materia. El plan de Villarruel de prolongar el debate para permitir al Ejecutivo presentar una propuesta alternativa que no afectara la macroeconomía parece no haber contado con el apoyo necesario. La UCR y otros senadores provinciales, junto al kirchnerismo, están listos para apoyar la ley que proviene de Diputados, lo que podría llevar a una aprobación con el apoyo de los dos tercios requeridos para superar un posible veto presidencial.

La tensión entre el Gobierno y Villarruel sigue en aumento, con acusaciones mutuas de sabotaje y falta de colaboración. Si la reforma jubilatoria es aprobada en el Senado, Milei enfrentaría su primer veto presidencial en un área crítica, afectando a uno de los sectores más vulnerables en medio del ajuste fiscal.

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